ALBERGUES ESTARÁN ABIERTOS HASTA QUE CESEN LAS LLUVIAS
Miembros de Protección Civil indicaron que las familias albergadas retornarán a sus hogares hasta que no haya riesgo de inundaciones en sus comunidades.
En el mayor albergue del municipio de San Miguel, ubicado en el caserío Santa Fidelia del cantón La Canoa, se le brinda techo, alimentación y brigadas médicas a 89 familias que sufrieron la inundación de sus viviendas debido al desbordamiento del río Grande. Juan José Ramos, líder comunal del caserío Santa Fidelia, explicó que el refugio se abrió desde el fin de semana pasado y se tiene previsto que permanezca funcionando hasta que las condiciones meteorológicas mejoren y ya no exista peligro para que las familias puedan regresar a sus hogares.
Por ahora, dice el hombre, no les ha hecho falta comida ni atención médica, ya que desde que el centro escolar de la comunidad se convirtió en refugio les han llevado alimentos preparados, víveres y pipas con agua, para suplir las necesidades básicas de las familias.
Ayer por la mañana, los damnificados recibieron la visita de una universidad privada que hizo pruebas rápidas de hemoglobina, para detectar anemia en la sangre, y a la vez les entregó dos bolsas de mezcla para preparar atol.
En otro albergue, ubicado en el caserío El Consuelo del cantón El Tecomatal, se refugiaron 29 familias que también sufrieron a causa del rebalse del río Grande.
EN SONSONATE
El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, visitó ayer las escuelas que sirven como albergues en el occidente del país.
El funcionario llegó primero al centro escolar del cantón Apancoyo y luego se desplazó para el centro escolar Los Amates, del cantón Metalío, ambos en el departamento de Sonsonate, y luego prosiguió su visita en el departamento de Ahuachapán.
Aseguró que al menos 40 escuelas del país han sufrido daños debido a las lluvias.