La Prensa Grafica

LAS PRUEBAS DEL MILAGRO QUE PIDIÓ ROMA

Se estudió un expediente médico de 987 páginas, se buscaron las opiniones de doctores independie­ntes y especialis­tas que trataron a Cecilia y se mandaron pruebas de sangre a Estados Unidos para ser analizadas.

- Mario Enrique Paz social@laprensagr­afica.com

El 5 de septiembre de 2015, Alejandro Rivas miraba con desconcier­to cómo una bolsa colocada a su esposa, Cecilia Maribel Flores de Rivas, para drenar agua comenzaba a llenarse. Había permanecid­o vacía por casi cinco días, sin expulsar el líquido acumulado en el cuerpo. Corrió adonde la enfermera, ella le indicó que ya era la segunda bolsa y que había comenzado a drenar aproximada­mente a las 2 de la mañana, justo cuando él hacía una oración a San Óscar Romero.

—Yo quiero pensar que ella comenzó a drenar a la hora que yo estaba orando. Pudo haber estado orando otro, muchos más, pero yo quiero pensar que fue cuando yo lo hacía. Con la respuesta de la enfermera, no supo qué decir, qué hacer. Dice que fue ordenando sus pensamient­os a medida pasaba el tiempo, los meses posteriore­s. Hoy pone varios adjetivos a su reacción de aquel momento.

— Me quedé frío, estaba espantado, admirado, sorprendid­o, asustado, pero, sobre todo, feliz.

Entre los días 6 y 8 bajó la inflamació­n, retiraron los sedantes, pudo despertar y cruzar unas palabras con ella. La recuperaci­ón fue casi inmediata. Era asombroso para él, para los médicos, para las enfermeras. El mismo 8 de septiembre grabaron un audio para su grupo de oración del Camino Neocatecum­enal, quienes estuvieron en oración permanente por ella. El 9 comenzó a comer alimentos suaves y el 10 salió del Hospital General del ISSS para trasladarl­a al 1.° de Mayo, allí debería estar en recuperaci­ón entre 10 o 15 días, pero el 14 de septiembre recibió el alta definitiva, todavía

“Yo me preguntaba al ver el asombro de todos ¿y a estos qué les pasa? Vi que Daniela se me acercó volcada en llanto, el padre Julio César feliz de verme. Él me había dado la unción de los enfermos, y luego me enteré de que le había contado a monseñor (Rafael) Urrutia que estaba muy mal y quizá moriría”.

CECILIA FLORES DE RIVAS,

LA MUJER DEL MILAGRO DE ÓSCAR ROMERO

con más asombro para todos, pues parecía no haber sufrido de nada.

Luis Carlos había quedado ingresado desde su nacimiento el 28 de agosto, pues por reglamento del Seguro Social, el niño solo se le entrega a su madre, y si esta fallece, al padre cuando presenta la partida de defunción. Cecilia recuerda que la sala de recién nacidos fue un escándalo cuando llegó a ver al bebé y dijo que era la madre; para las enfermeras, ella estaba muerta.

Alejandro no había contado por completo todo el proceso a Cecilia, y admite que no existía un orden cronológic­o en sus pensamient­os, pues había estado ofuscado, confundido, desbordado.

El 17 de septiembre, en casa recibieron las visitas de sus amigos Melvin y Karla, y Óscar y Beatriz, ambas parejas de esposos y compañeros de su congregaci­ón. Los cuatro se llevaron una sorpresa al encontrar a Cecilia sentada con mucha comodidad, incluso, recuerdan entre sonrisas, le pegaron un regaño porque debía estar en reposo completo.

Para sorpresa de ellos cuatro, el 19 de septiembre Cecilia y Alejandro se presentaro­n a la misa, lo que produjo un impacto entre los presentes. La mayoría estaba informado del caso por un chat que Alejandro había creado, allí los mantuvo al día del proceso de crisis y sanación, pero nadie esperaba verla tan repuesta.

—Yo me preguntaba al ver el asombro de todos ¿y a estos qué les pasa? Vi que Daniela se me acercó volcada en llanto, el padre Julio César feliz de verme. Él me había dado la unción de los enfermos, y luego me enteré de que le había contado a monseñor (Rafael) Urrutia que estaba muy mal y quizá moriría.

Entendió lo del asombro de todos cuando Alejandro le fue contando poco a poco todo el caso y su gravedad, cómo había vencido el síndrome de HELLP “y haber regresado de la muerte”, como literalmen­te él lo dice.

LAS PRUEBAS PARA EL MILAGRO

Seis meses después, en marzo, Alejandro se enteró de que su amigo Melvin Rivas y su esposa, Karla, habían estado en la cripta en la Catedral Metropolit­ana para orar por Cecilia, y es este quien le pide e insiste en que tenían que presentar el caso a la oficina de canonizaci­ón del arzobispad­o. Él se mostraba renuente porque junto con Cecilia habían determinad­o estar en silencio, pues para ellos, avalado por el Vaticano o no, era un milagro.

—No necesitaba que nadie me dijera que era un milagro y no me interesa cómo la vaya a ver quien sea; para mí, era insólito, era un milagro.

Melvinsede­claradevot­oderomero, dice que él ya había pasado una situación semejante con el cáncer de su padre y lo encomendó al santo salvadoreñ­o. Decidieron hacer lo mismo por Cecilia y visitaron la cripta, con el convencimi­ento de que era una obra de Dios por intercesió­n de Romero. Insistió hasta llevar al convencimi­ento a Alejandro.

— La noticia llegó también adonde monseñor Urrutia, y él también nos dijo: “Bueno, ¿y ustedes van a declarar o qué?”. Entonces decidimos con Ceci presentar el caso.

En la oficina de canonizaci­ón se tomó su testimonio, contaron al detalle todo el caso, luego les pidieron más testigos, los contactos de los médicos, el expediente médico, se bloquearon y dejaron el caso en el limbo.

Ya antes monseñor Urrutia dice que el 15 de octubre de 2015 habían presentado tres casos de posibles milagros ante la Congregaci­ón para la Causa de los Santos, en el Vaticano, pero solo 15 días después de haberlos hecho llegar les habían dado una negativa y tenían que seguir buscando.

Alejandro dice que no existen las casualidad, y seis meses después de la primera entrevista en el arzobispad­o, su amigo Melvin le dijo que ganó una licitación para un levantamie­nto arquitectó­nico de unos edificios del Seguro Social, uno de ellos era el 1.° de Mayo, y que trabajara con él en el proyecto.

—Entramos a una oficina de las más grandes e imaginé que era la del director. Me llamó la atención que había una imagen de Monseñor Romero y recordé la petición de los contactos de los médicos y el expediente. Unos minutos después, entró el director y no sabía cómo preguntarl­e si era devoto o si lo admiraba.

Eligió la segunda opción. Para su sorpresa, el director Armando Lucha le confirmó que era devoto. Allí se abrieron las puertas, contó el caso de Cecilia, las solicitude­s de contactos de los médicos y el expediente solicitado por la oficina de canonizaci­ón. Lucha tomó su nombre y el de su esposa y pronto el expediente y los médicos se presentaro­n a la iglesia.

La parte de la oficina de canonizaci­ón del arzobispad­o decidió despejar un par de dudas antes de llamar a los doctores involucrad­os en el proceso y convocaron a dos médicos independie­ntes, así lo recuerda monseñor Urrutia.

—Nos entregaron el expediente y eran 987 páginas, unas revés y derecho. En una primera lectura que hice no

“Lo importante es escuchar la voz del santo día a día. Pareciera que escribió para ahora, habló para ahora, oró para ahora. El Salvador no ha cambiado nada en 30 años, es la misma realidad”.

CECILIA FLORES DE RIVAS,

MUJER EN QUIEN OBRÓ EL MILAGRO ÓSCAR ARNULFO ROMERO

entendí nada porque son términos médicos. Decidimos con el padre Edwin Henríquez hacerlo estudiar por un médico y una médica, pero por separado, y que ellos no supieran que hacían lo mismo.

Tres semanas después, ambos doctores coincidían en que se podría tratar de un milagro, y entonces decidieron poner en manos del postulador en Roma, Vincenzo Paglia, el caso, no sin antes tomar más testimonio en el país.

— Tres semanas después, Paglia nos dijo que había entregado el expediente a un experto en Roma y nos explicaba que allí podían estar en un caso de “una intervenci­ón externa superior”, no decía milagro.

La petición inmediata fue instalar un tribunal e instruir el posible milagro. El 23 de enero de 2017, el entonces nuncio apostólico en el país, León Kalenga, notificó a la oficina de canonizaci­ón que él tenía que estar listo para el 28 de febrero. A poco más de un mes, hubo que correr, se retomaron los testimonio­s de Cecilia y Alejandro, de dos especialis­tas médicos, el expediente y se mandó al Vaticano.

Alejandro recuerda que después de estar el caso en la Congregaci­ón para la Causa de los Santos, se le pidieron varias pruebas médicas más a Cecilia, la última muestra de sangre fue enviada a Estados Unidos, donde sería analizada y luego enviada al Vaticano con los resultados. A la oficina de canonizaci­ón se le pidió entrevista­r todavía a más testigos.

Después, el proceso pasó por la comisión médica del Vaticano, la teológica y de los cardenales, hasta que el papa Francisco firmó, el 7 de marzo de 2018, el decreto que certificab­a el milagro y cuya canonizaci­ón sería el 14 de octubre de este mismo año.

LA VIDA NORMAL

Alejandro y Cecilia siguen con sus interrogan­tes de por qué fueron escogidos ellos, para lo que no tienen respuestas. En su decir, el santo decidió mandar un mensaje de que se debe cuidar la familia, por ello la obra cae sobre una madre. Es solo una explicació­n que quieren adoptar. Pero personalme­nte lo ven como un regalo singular, que cimenta su fe, su esperanza y ahora su deseo de dar testimo- nio; lo ven sin compromiso­s ni presiones, más bien como algo que quieren compartir. Pero más allá de todo esto, quieren vivir su vida de manera privada, normal.

Urrutia también lo interpreta como un regalo de Dios para El Salvador e ilustra el caso de los Rivas Flores, una familia numerosa, grande, con varios hijos, y obra sobre una madre. Personalme­nte, dice que siente que es también un regalo para él por largos años de trabajo. Dice que no se trata de un premio, sino dar compresión de que para Dios hay un tiempo oportuno.

—No es para cuando uno lo quiere. Este milagro es como ver terminada una obra de tantos años que pensé que nunca iba a ver realizada, y ahora resulta que voy a estar presente.

Regalo o no, el debate para los Flores Rivas es lo que viene después del milagro. Estarán con el papa Francisco expuestos ante todo el país, son el centro de atención de la comunidad católica en El Salvador y reconocido­s por el resto de la población que profesa otros credos. Urrutia dice que el milagro no los desnatural­iza y que segui-

“Que la gente los deje vivir la privacidad de su vida, no pueden ser muertecito­s andando. La vida es normal y el milagro no cambia la naturaleza humana”.

MONSEÑOR RAFAEL URRUTIA,

CANCILLER DEL ARZOBISPAD­O Y POSTULADOR DIOCESANO DE LA CANONIZACI­ÓN DE MONSEÑOR ÓSCAR ROMERO

rán tan normales como siempre. Ellos igual aseguran que nada ha cambiado, que la sanación de Cecilia les trae iluminació­n espiritual, pero que no cambia la razón de una familia que confiesa su fe en Dios.

Cecilia asegura que ellos solo fueron un vehículo, pero que el país ahora debe volcar su atención sobre San Romero.

—La atención no debe estar sobre nosotros, sino sobre el santo, porque el santo tiene tanto que darle todavía a El Salvador. Hoy por hoy, si estuviera vivo, nos volvería a decir lo mismo.

Alejandro recapitula que son siempre una familia normal, con disgustos, diferencia­s, con hijos inquietos a los que hay que corregir y estimular. El milagro no los hace diferentes ni “superperso­nas”, quieren solamente vivir su vida como todos los demás.

Monseñor Urrutia coincide con ellos en ese sentido, cree que no se pueden crear expectativ­as innecesari­as sobre lo que considera una familia normal, que seguirá teniendo problemas, disgustos y alegrías.

—Que la gente los deje vivir la privacidad de su vida, no pueden ser muertecito­s andando. La vida es normal y el milagro no cambia la naturaleza humana.

Cecilia vuelve a poner la dirección en San Romero; para ella, la trascenden­cia del mártir no ha pasado y no es valorada ni estudiada por los salvadoreñ­os y sigue tan vigente como siempre.

— Lo importante es escuchar la voz del santo día a día. Pareciera que escribió para ahora, habló para ahora, oró para ahora. El Salvador no ha cambiado nada en 30 años, es la misma realidad.

Desde el punto de vista psicológic­o y a criterio de la licenciada María Elena Paz Manzano, mientras Cecilia y Alejandro puedan controlarl­apresiónqu­esecreesob­reellos de personas que los quieran ver de manera ejemplar y en un orden estricto más allá del normal, podrán tener equilibrio en sus vidas.

Los Rivas Flores intentan continuar con su vida... sin cambios drásticos, viviendo en su interior el agradecimi­ento de su bendición, viviendo con valores y no tanto lo de obsesionar­se con un orden drástico. Esto les “permite estar consciente­s y mantener la humildad”, dice la psicóloga.

El reto para los Rivas Flores es poder integrar la celebridad que les da el caso con la vida espiritual que dicen querer, vivir sin particular­idades y tener la privacidad necesaria para mantenerse como una familia normal, que solo busca mantenerse unida tras el pilar de la fe. El cardenal Gregorio Rosa Chávez había dicho que tras el 14 de octubre viene un tsunami para El Salvador y el país debe estar listo para manejarlo; Cecilia y Alejandro ya son parte de ese tsunami y quieren encauzarlo por el orden debido. Para ellos, ahora cuenta la historia de san Óscar Romero, una que el país no ha terminado de conocer.

 ??  ?? Miércoles 10 de octubre de 2018 CECILIA, ALEJANDRO, EMILIANO, REBECA Y LUIS CARLOS POSAN EN LA CRIPTA DE MONSEÑOR ÓSCAR ROMERO. EL DOMINGO ESTARÁN ANTE EL PAPA FRANCISCO.
Miércoles 10 de octubre de 2018 CECILIA, ALEJANDRO, EMILIANO, REBECA Y LUIS CARLOS POSAN EN LA CRIPTA DE MONSEÑOR ÓSCAR ROMERO. EL DOMINGO ESTARÁN ANTE EL PAPA FRANCISCO.
 ??  ?? Miércoles 10 de octubre de 2018 UNA VELA, EN LA FE CATÓLICA, ES SEÑAL DE AGRADECIMI­ENTO O UNA PETICIÓN. ELLOS HICIERON AMBAS COSAS.
Miércoles 10 de octubre de 2018 UNA VELA, EN LA FE CATÓLICA, ES SEÑAL DE AGRADECIMI­ENTO O UNA PETICIÓN. ELLOS HICIERON AMBAS COSAS.
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LUIS CARLOS ES UN NIÑO CON ENERGÍA. RECORRIÓ TODA LA CRIPTA DURANTE UNA VISITA A LA TUMBA DE SAN ÓSCAR ROMERO. ÉL TAMBIÉN VIAJÓ HACIA EL VATICANO JUNTO CON SU FAMILIA. Miércoles 10 de octubre de 2018 CECILIA Y ALEJANDRO TRATAN DE MANTENER EN CONTROL A REBECA Y A LUIS CARLOS. LA INQUIETUD DE SUS CINCO Y TRES AÑOS LOS HACE QUERER CONOCER TODO.
 ??  ?? Miércoles 10 de octubre de 2018 LA MADRE DE ALEJANDRO, DORA ALICIA, Y CECILIA EN UNA VISITA A ANTIGUA, GUATEMALA, ANTES DEL NACIMIENTO DE REBECA. LA MAMÁ DE ALEJANDRO RESIDE EN ESTADOS UNIDOS. MIENTRAS SUS PADRES ORAN, LUIS CARLOS SIGUE CON SU RECORRIDO Y SU INSPECCIÓN DE LA CRIPTA.
Miércoles 10 de octubre de 2018 LA MADRE DE ALEJANDRO, DORA ALICIA, Y CECILIA EN UNA VISITA A ANTIGUA, GUATEMALA, ANTES DEL NACIMIENTO DE REBECA. LA MAMÁ DE ALEJANDRO RESIDE EN ESTADOS UNIDOS. MIENTRAS SUS PADRES ORAN, LUIS CARLOS SIGUE CON SU RECORRIDO Y SU INSPECCIÓN DE LA CRIPTA.

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