Cientos afectados por paro parcial en R-202
Motoristas denunciaron supuestas amenazas de pandillas, pero el servicio se normalizó a media mañana.
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BUSES DE LA 202 EN PARO DE LABORES POR AMENAZAS.
Por enésima vez en lo que va del año, y alegando supuestas amenazas, motoristas de la ruta 202, que va de Ahuachapán a San Salvador, paralizaron ayer el servicio durante las primeras horas, afectando a cientos de usuarios que buscaban desde temprano llegar a sus destinos. La medida provocó además que la terminal de buses de la ruta 201, que de Santa Ana va a San Salvador, se abarrotara desde tempranas horas del día por cientos de personas que viajaban a la capital.
De acuerdo con algunos usuarios, la paralización del servicio además de atrasos les generó incrementos de gastos en pasajes, ya que tenían que pagar varios para llegar a Santa Ana y luego trasbordar para llegar a San Salvador.
Ena del Carmen Larios, una empleada pública que trabaja en Santa Tecla, La Libertad, manifestó que ayer ya no pudo llegar a tiempo a su destino y prefirió pedir un permiso personal. “He salido a las 4:30 de la madrugada de Ahuachapán y a como pude he llegado a Santa Ana, pero acá no he podido agarrar el bus, van muy llenos, hay mucha gente esperando, mejor tomé la decisión de pedirle permiso a mi jefe y así mejor me regreso a la casa”, indicó la mujer.
Sentada en un arriate solo observaba las filas de personas que ingresaban a la terminal de buses santaneca a abordar las unidades, que tuvieron que salir con mayor frecuencia para dar abasto
LA PROTESTA SE PROLONGÓ POR ALGUNAS HORAS Y, SEGÚN SE PUDO CONSTATAR, EL SERVICIO SE NORMALIZÓ A MEDIA MAÑANA, CUANDO LOS CONDUCTORES DE BUSES ASÍ LO DECIDIERON.
ante la demanda generada por la suspensión del servicio de los buses de la ruta 202.
Junto a ella se encontraba otro joven, albañil de oficio, quien también había decidido regresarse a Ahuachapán, pero a diferencia de Larios, por ser trabajador independiente, no tuvo que pedir permiso a ningún jefe; eso sí, su decisión de ya no viajar a San Salvador significaba no tener el ingreso de un día de trabajo, que ronda de $20 a $40.
“Ya para ir a esta hora mejor no voy, porque ya está tarde y así no tiene cuenta, ya varias veces que paran el servicio los de la ruta”, se quejó el trabajador.
De hecho, en este año ha habido no menos de cuatro suspensiones de servicio, a causa de supuestas amenazas de pandillas.