UN PUEBLO AGRADECIDO CON SAN ROMERO
Pese al cansancio y a las agotadoras jornadas que han vivido los salvadoreños que llegaron hasta Roma para asistir a la canonización de san Óscar Romero, el aula Pablo VI lució llena durante la misa de agradecimiento por su nuevo santo. el mensaje constante que dejó Romero en el país. Y para eso, echó mano de un extracto de la última homilía de san Óscar Romero que “es como un testamento y un resumen de su vida que a mí me conmueve mucho”, aseguró.
“Ya sé que muchos se escandalizan de estas palabras y quieren acusar a la Iglesia de que ha dejado la predicación del evangelio para meterse en política, y yo no acepto esta acusación, sino que hago un esfuerzo para desestimar todo en lo que nos ha querido vincular. El Concilio Vaticano II no es solo para que lo tengamos en las páginas, para que solo lo estudiemos teóricamente, sino que vivamos y traduzcamos como se debe este evangelio para nuestro pueblo”, leyó el cardenal.
“‘Por eso le pido al Señor durante toda la semana, mientras voy recogiendo el clamor del pueblo y el dolor ante tanto crimen y la ignominia de tanta violencia, que me dé la palabra oportuna para consolar, para denunciar, llamar al arrepentimiento. Y aunque siga siendo quien clama en el desierto, sé que la Iglesia sigue haciendo el esfuerzo por cumplir con su misión’. Al día siguiente lo mataron. Este es Romero”, aseguró el Cardenal.
Por eso, dijo, la Iglesia quiere para El Salvador una expresión de vida, de esperanza, de fraternidad. Sin embargo, también reconoció que no es fácil. En sus palabras, los peregrinos salvadoreños regresarán con un “tremendo” compromiso.
MUY CLARO
Doña Rosa escuchaba con atención al cardenal y asentía en cada una de sus palabras. “A veces siento que no lo merecíamos”, me dijo en medio de una pausa del cardenal. Durante toda la misa, sostuvo una estampa de Monseñor Romero.
El papa Francisco, durante la misa de canonización de siete beatos, también envió retos importantes para los católicos. “El papa ayer habló fuerte, claro, como era en italiano muchos nos hicimos los locos”, bromeó el cardenal.
En su homilía, Francisco habló de un joven rico al que no identificó, sin duda, dice el cardenal, para que cualquiera se sienta identificado con él.
Es esa persona que debe dejar de vivir aferrada a lo material y pensar más en lo espiritual. Y el papa se expresó de los santos canonizados el domingo en esa misma línea. Hombres y mujeres que vivieron en humildad, que dejaron todo atrás y se entregaron a su vida de servicio.
Y eso, dice doña Rosa, es de las cosas más difíciles de lograr en el país. Al final de la misa, cerró los ojos unos minutos para agradecer su presencia en Roma, la que debe, dijo, a sus hijos, quienes le ayudaron a pagar el costo.