Insisten en plan concreto para negociar con China
Analistas subrayan en foro de FUSADES la necesidad de contar con instituciones fuertes y en transparencia como requisitos indispensables.
“No es necesariamente malo realizar negocios con China u otro país, pero para tener éxito hay que evitar trampas. Uno necesita buena planificación”. EVAN ELLIS, PROFESOR INVESTIGADOR ESTADOUNIDENSE
“El país no tiene el nivel de fortaleza institucional que nos dé confianza de que todo se esté manejando bajo reglas del juego claras”. JOSÉ ÁNGEL QUIRÓS, DIRECTOR EJECUTIVO DE FUSADES
“Solo haciendo reformas políticas importantes los países pueden protegerse de los efectos dañinos del capital corrosivo como el de China Popular en este momento”. JAMES ROBERTS, INVESTIGADOR DE THE HERITAGE FOUNDATION
Dos analistas estadounidenses insistieron ayer en que El Salvador debe de contar con un plan bien estructurado para establecer acuerdos de diversa índole con la República Popular China, una vez que se han abierto las relaciones diplomáticas con ese país, si en verdad quiere aprovechar el nuevo escenario y generar valor agregado para la actividad económica.
Los expertos expusieron ayer las experiencias de países africanos y latinoamericanos con el país asiático durante un foro que organizó la Fundación Empresarial para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), y en el cual se enfatizó que proyectos como el de una zona económica especial (ZEE) para la zona oriental o la concesión del puerto de La Unión requieren de mayor transparencia.
“No decimos que no se debe de hacer negocios con China. Creo que China es una contraparte muy agresiva y si no se tiene mucho cuidado en cómo estructurar las cosas, los chinos trabajan muy fuerte en buscar la manera de tomar ventaja. Con cualquier socio negocios uno puede realizar algo de valor agregado para los dos si uno tiene su propia casa en orden”, planteó Evan Ellis, académico que da seguimiento a las relaciones de China y Latinoamérica desde 2003.
James Roberts, experto en Estado de derecho de The Heritage Foundation, por su parte, citó un reciente informe del Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE, en inglés) en el cual se destaca “la creciente evidencia de que las inversiones extranjeras de China Popular explotan a los Estados democráticos frágiles y emergentes, aprovechando las instituciones débiles y las estructuras de gobierno deficientes y las acciones que los países pueden tomar para reducir el riesgo”.
Con base en este mismo informe, Roberts enumeró la experiencia de Kenia, país donde, según dijo, el gobierno obtuvo un préstamo millonario para construir un ferrocarril financiado por el Banco de Exportación e Importación de China a condición de que el contrato fuera dado a una empresa china “sin un proceso de licitación competitiva”.
Kenia pagó tres veces más a China por este proyecto que tiene pérdidas de casi $1 millón al mes, de acuerdo con la exposición de Roberts. “Eludir el orden regular de contratación significó que un proyecto de esta magnitud no recibió la supervisión y el escrutinio necesario que requieren los empréstitos tradicionales en el orden regular el financiamiento de proyectos públicos”, acotó Roberts, quien continuó con los casos de Ghana, Sierra Leona, Angola y Sri Lanka. “Por supuesto, algunas inversiones chinas pueden ser legítimas, transparentes y dentro del Estado de derecho. Estados Unidos debe reconocer que podría presentar oportunidades”, contrastó.
El presidente de FUSADES, Miguel Ángel Simán, destacó que les preocupa que iniciativas como la de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) y la concesión del puerto de La Unión se den en cadena con la ruptura con Taiwán y otros hechos. “Merecemos que se nos explique qué hay detrás. Se necesita más debate y más transparencia”, declaró.
Funcionarios de los Gobiernos de El Salvador y de China han dicho que la apertura de relaciones diplomáticas no ha implicado un acuerdo “oscuro” o negociaciones “bajo la mesa”.