HONDUREÑOS ARRIESGAN SU VIDA AL PASAR RÍO GOASCORÁN
Algunos estuvieron a punto de ser arrastrados por la fuerte corriente. Un grupo fue ubicado en Santa Clarita, Pasaquina, y retornado por Migración.
Agua Fría. Punto fronterizo entre El Salvador y Honduras delimitado por el río Goascorán. Por ahí pasaron ayer, de forma irregular, varios hondureños que no pudieron hacerlo a través del puesto de Migración, en El Amatillo, de Pasaquina, La Unión, debido a que no portaban documentos personales que legalizaran su paso por nuestro país en su travesía hacia Estados Unidos (EUA).
Fue su única alternativa, luego de permanecer el miércoles en la noche sobre el puente que conecta los puestos fronterizos, y luego en el paso La Amistad, por donde atraviesa el transporte pesado. En el primero permaneció también la Policía Nacional Civil (PNC), para apoyar a la Dirección General de Migración y Extranjería.
Algunos hondureños que sí llevaban su documento CA-4, como Leslie Yojan, tuvieron que despedirse de sus hijos en la frontera, pues no quisieron que corrieran el riesgo de cruzarse el Goascorán, cuyo cauce se mantiene alto a causa de las tormentas en la parte alta del territorio vecino.
Otros se arriesgaron y, ayudándose con sogas y compatriotas, lograron cruzar el límite territorial, haciendo recordar el periplo que los indocumentados realizan entre México y EUA, atravesando el río Bravo. Las autoridades salvadoreñas de la Policía lograron ubicar a un grupo de hondureños irregulares, reteniéndolos en el caserío Santa Clarita, de Pasaquina, y fueron trasladados a Migración y Extranjería, desde donde fueron regresados a Honduras.
Según los datos oficiales, el miércoles fue cuando ingresó la mayor cantidad de migrantes hondureños por la frontera El Amatillo, registrando 835 personas que expresaron se dirigían hacia EUA, ayer 441.
Joban, acompañada de su hijo de 13 años, salió de San Lorenzo, Honduras, y buscaba unirse a una de las caravana de migrantes. No pudo pasar con el menor en vista de que no portaba ningún documento de él, y por Agua Fría consideraron era muy riesgoso. De hecho, algunos de la decena que sí lo hicieron estuvieron a punto de ser arrastrados por la corriente.
“Con el dolor de mi alma dejo a mi hijo, pero yo voy a seguir hasta llegar a los EUA, porque yo sé que voy a ir hacer algo para él, porque ya no aguantamos la situación aquí (en Honduras)”, dijo entre lágrimas mientras le daba un beso en la frente a su querido hijo.
Hérber Hernández, director de Control Migratorio en El Amatillo, consideró que los hondureños “han arriesgado hasta su vida, cuando es innecesario, porque (tienen) un documento (cédula) de los Estados parte que tenemos acceso si lo solicitamos, y en el caso de los niños (hondureños) solo es obligación el pasaporte”.
A pesar de las advertencias del presidente Donald Trump, los migrantes hondureños no han dado marcha atrás, y parece que están resignados a enfrentar cualquier medida que tome el gobierno norteamericano que ha anunciado una posible militarización de la frontera sur.
Ayer en el transcurso del día la situación se normalizó en la frontera El Amatillo, y por la tarde se retiraron los miembros de la Unidad de Mantenimiento del Orden de la Policía que había sido desplegada en los dos puentes sobre el río Goascorán.
Se rumoró de la llegada de autobuses con más hondureños, pero hasta el cierre de esta nota eso no ocurrió.