Elreoquerompióelprotocolo parasaludarasusamigos
Martínez dijo que fiscales lo han convertido en un “ser maldito” para la sociedad.
El exfiscal de la república Luis Martínez fue el último en llegar y en marcharse de la audiencia inicial que se desarrolló durante dos días en el Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador.
A su llegada a los tribunales el sábado, Martínez pidió a la jueza que le quitaran las esposas con las que fue trasladado desde el centro penal La Esperanza, mejor conocido como Mariona.
Con las manos libres, el exfuncionario se acercó a su esposa, Carla Francesca, y le dio un beso en la mejilla derecha. Luego saludó con un fuerte apretón de manos a Mauricio Antonio Yanez, el exgerente de la Fiscalía bajo su administración, a quien se acusa de haberle ayudado a malversar fondos públicos. Tras ese saludo, se sentó en la silla apartada exclusivamente para él, la cual se encontraba entre ambos.
Debido a que la audiencia no iniciaba, Martínez decidió romper los protocolos y dio cuatro pasos hacia adelante para saludar al resto de imputados. Un miembro de la seguridad de los tribunales intentaba que el exfiscal regresara a su asiento, pero esto no sucedió hasta que terminó de estrechar las manos de todo el grupo de acusados.
Martínez bajó la cabeza y puso las manos sobre el rostro cuando escuchó el señalamiento de ser el cabecilla de una red de impunidad y corrupción en el interior de la institución que presidió entre diciembre de 2012 y 2015.
Puso mucha atención a cada una de las acusaciones que realizó un grupo de jóvenes fiscales de la Unidad de Investigación Financiera (UIF). En algunas reía, en otras hacía un movimiento de negación con la cabeza y en la gran mayoría pronunciaba en voz baja un “eso es falso, es mentira”.
A medida avanzaba el proceso, se notaba el cansancio del exfiscal y del grupo de acusados. El sábado a las 12:30 de la tarde, Martínez cerró los ojos durante 4 minutos y luego los abrió junto a un movimiento de cuello y continuó escuchando las acusaciones. Ayer, durante el uso de la palabra que le concedió la jueza, Martínez dijo que en los dos últimos años se ha encontrado en “cruel cárcel”, y fue entonces que acusó a los fiscales de convertirlo en un “ser maldito” para la sociedad. Y luego se retiró de la sala para seguir en prisión.