Solo hay una decisión vital que afecta realmente a nuestra felicidad. Un neurocientífico estadounidense cree que debemos dejar que las elecciones del día a día las tomen nuestras personas más cercanas para evitar el gasto de energía.
La teoría de Cerf parte de la idea de que la toma de decisiones es una tarea que puede resultar extenuante, ya que requiere el consumo de una “Nuestras decisiones tienen consecuencias, pero más que los efectos de, por ejemplo, un divorcio tras años de matrimonio es el sentido que le damos a lo que contribuye de forma poderosa a nuestra felicidad", sentencia Romo. El sentido que le damos, es decir, “cómo conectamos los puntos y formamos una historia completa sobre un conjunto de decisiones”.
Lo que la sabiduría popular sintetizó en la frase "quienes duermen en un mismo colchón se vuelven de la misma condición" la ciencia lo explica a través de las neuronas espejo que, explica Laura García Agustín, psicóloga clínica y autora de Entrena tus fortalezas (Ediciones E&CO. 2015), son la base de la empatía: "Tendemos a ser lo que más repetimos en cuanto a las formas de pensar, sentir y actuar. Las emociones, las actitudes y los pensamientos son contagiosos porque nos ofrecen un modelo de comportamiento que podemos imitar. Los seres humanos aprendemos por imitación directa o indirecta y la conducta está compuesta por tres sistemas de respuesta: lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos". Si trasladásemos esta exposición teórica a la práctica diaria, el resultado sería que "si nos juntamos con personas con una forma de hacer las cosas determinada lo más probable es que nos vayamos mimetizando con ellos", afirma la psicóloga. Ante ello es importante que seamos muy selectivos al momento de compartir momentos con las personas, dado que de eso dependerá la felicidad.