La Prensa Grafica

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- ¿Se mezclan el dinero de la corrupción y la droga? Una cosa es buscar pactos para conservar la impunidad, pero usar el Estado para cometer ilícitos también es otra posibilida­d, ¿verdad? Usted habla de Venezuela y Nicaragua. ¿Hay peligro para El Salvador?

“Lo más fácil si uno quiere lavar dinero es tener los dólares, meterlos en dólares, sacarlos en dólares y moverlos a empresas offshore en dólares. Y eso es algo que ofrece El Salvador”.

exfiscal, en donde la cantidad de dinero que fluye no es solo de la corrupción del Estado, sino que son sumas muy elevadas. Me imagino que en la administra­ción actual existe el mismo fenómeno, en donde fluye mucho dinero, que es corrupción, pero no necesariam­ente dinero robado al Estado, sino dinero pagado por intereses para permitir ciertas transaccio­nes, pasos, etcétera. Se mezcla y predomina a través del tiempo. El narcotráfi­co ofrece tantas ganancias, tanto dinero, que lo que uno pagaba en una corrupción de $25 los narcos pueden pagar $100. Se da, entonces, una especie de inflación de corrupción, los precios se elevan, generan más dinero, porque los narcos sí tienen. Comienza como parte de la corrupción normal y se vuelve, dentro de un período, la corrupción predominan­te, porque tienen acceso a grandes cantidades de dinero. Yo he escrito mucho de lo que he denominado ‘Estados criminaliz­ados’. En un Estado criminaliz­ado, el Estado busca al criminal como parte de su política estratégic­a a nivel nacional. No estamos hablando de la corrupción tradiciona­l, donde un narco compra un juez. Venezuela es el caso más claro. El Estado mismo busca alianzas con el crimen organizado y, a la vez, le permite al crimen organizado muchas ventajas internas, como, por ejemplo, la expedición de pasaportes diplomátic­os a criminales, la protección y uso de bancos del Estado para mover fondos, contratos estatales para lavar mucho dinero porque, si el Estado lo está haciendo, ¿quién va a ir a auditar esos fondos? En Nicaragua, lo que iba a ser la Refinería Sueño Supremo de Bolívar en donde, supuestame­nte han gastado $600 millones en un terreno baldío. Con eso se justifica el lavado. Los Estados, cuando participan como Estados en crimen transnacio­nal ofrecen muchas ventajas y reciben muchas ventajas de manera económica. Yo diría que el gran peligro para El Salvador son las estructura­s de Alba Petróleos, que aunque no sean estatales están muy vinculadas al partido gobernante. No hay transparen­cia sobre el uso y fuente de los fondos que mueven a través de Alba Petróleos y de su estructura enorme: Alba Alimentos, Alba Medicament­os, la aerolínea VECA, que surgió y luego desapareci­ó sin ninguna explicació­n sin pagar lo que debían a sus empleados. Hay una posibilida­d que exista también en El Salvador elementos de eso. O para justificar movimiento de dinero para empresas que no son reales, que no tienen el propósito de generar ingresos y ser sostenible­s. Son montados para justificar movimiento­s de dinero y cuando el dinero se acaba, también se acaban esas empresas. La ley que yo observo en todo el mundo de movimiento­s de dinero es que si es económicam­ente irracional, si hay millones que están llegando a empresas que no funcionan, eso casi siempre indica que los fondos de origen no son lícitos. Hay montones de empresas que se montan y tienen un comportami­ento irracional. Alba Petróleos ganaba cientos de millones de dólares cuando Venezuela ya casi no producía y cuando el precio del petróleo ya casi había caído a la mitad. En un mundo racional, los ingresos de Alba Petróleos hubieran caído en 2012, pero iban ganando $200 millones cada año por los próximos cinco años. Eso no es normal. Las leyes económicas son bastante rígidas. Cuando hay un comportami­ento fuera de eso indica que hay que preguntar qué realmente pasa ahí. La gran mayoría de la gente entiende que lo que ve no es todo lo real. Eso va en desgaste de los partidos tradiciona­les y el nacimiento de grupos como ha hecho Nayib Bukele, diciendo ‘yo soy distinto, no soy de la clase política’. Tanto ARENA como el Frente, el PCN o la democracia cristiana están totalmente desgastado­s, nadie cree en ellos, salvo su base sólida de 20 % cada uno. La gente está harta y está buscando soluciones. En este momento en donde todo es transaccio­nal, se corre un peligro real de comprar y vender votos, sin pensar realmente en la democracia y sin que la gente pueda decir algo de su propio futuro. Sin duda. No hay respuesta fácil. Por eso surgen estos nuevos grupos para decir que son distintos. Y ojalá sean distintos. Nacen de la frustració­n que tiene la gente. No es que no vamos a tener ningún partido y todos votar por quien quiera. Eso no sirve. Hemos perdido un poco el elemento de que el voto realmente significa algo para hacer políticas coherentes y otras cosas. La gente lo ve como corrupción, ve cuánto aprovechó Mauricio Funes y ve que Saca acepta haber robado 300 y pico de millones. Y dicen ‘¿y nosotros, qué? ¿En quién podemos confiar?’ La realidad es que en esta olla, con todo el dinero que fluye del crimen transnacio­nal metido con todo lo demás, es muy difícil.

“Alba Petróleos ganaba cientos de millones de dólares cuando Venezuela ya casi no producía y cuando el precio del petróleo ya casi había caído a la mitad. En un mundo racional, los ingresos de Alba Petróleos hubieran caído en 2012, pero iban ganando $200 millones cada año”.

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