Activistas dicen que un delito de tránsito no debería ser suficiente para una deportación
Los agentes del ICE pasan más en las calles y dicen que terminan con más arrestos de ilegales.
“Se necesita algún tipo de agencia para lidiar con la inmigración, pero el ICE no es esa agencia”, dijo el alcalde de Nueva York Bill de Blasio, un demócrata, a la radioemisora WNYC. “La hora del ICE ha pasado. No funciona. El ICE ha recibido una misión muy negativa y divisiva y no puede funcionar como es”.
En respuesta a la situación, algunas ciudades han prohibido el acceso del ICE a cárceles en las que la agencia pudiera detener fácilmente a personas que hayan infringido las leyes de inmigración. La policía en Nueva York, Baltimore y Seattle raramente provee información sobre cuántos detenidos que están ilegalmente en el país serán excarcelados.
Los agentes del ICE realizan ahora más operaciones en las calles y dicen que terminan con más “arrestos colaterales”, es decir, la detención de personas con quienes se encuentran y que están ilegalmente en el país.
En Nueva York, un trabajador mexicano de la construcción que había vivido en Estados Unidos durante más de una década compareció ante un juez por una infracción menor de tránsito. Cuando salió de la corte, varios agentes del ICE lo esperaban. Fue enviado a un centro de detenciones y deportado menos de dos semanas después. Dejó atrás a su esposa y tres hijos.
“No hice nada”, dijo el hombre, que habló desde México pero que no quiso ser identificado por temor a que haya represalias contra su familia. “Soy trabajador, no un delincuente. No lo entiendo”.
En Richmond, el equipo del ICE tiene una larga lista de objetivos, pero ellos son los únicos agentes realizando tareas de detención, así que tienen que priorizar. Han estado tras el rastro de un salvadoreño durante días.
Se separan en dos autos y se dirigen a su apartamento en medio de la oscuridad. Esperan afuera. Una persona sale pero es imposible saber quién es. Se encienden unas luces. No es la persona que buscan. Es una mujer. Le dicen que prosiga. Los agentes están nerviosos, pensando que su error puede haber asustado al hombre que buscan. Esperan. El hombre al fin sale de su apartamento al amanecer. Luce una camisa verde y botas de construcción. Se sube a un vehículo y se aleja. Los agentes lo acorralan con sus coches.
El hombre está calmado y muestra su pasaporte salvadoreño expirado. Se llama José Gilberto Macua Gutiérrez.
Uno de los agentes estaciona el vehículo de Macua, quien es esposado, llevado a la oficina y colocado en una celda. La operación tomó demasiado tiempo y los agentes se perdieron la oportunidad para su segundo objetivo, pero volverán a tratar.
“La hora del ICE ha pasado. No funciona. El ICE ha recibido una misión muy negativa y divisiva”. BILL DE BLASIO, ALCALDE DE NUEVA YORK