GUERRA ABIERTA
En los años noventa, los carteles de Sinaloa y Juárez mantenían una especie de alianza donde cada grupo respetaba las operaciones y rutas del otro.
Uno de los temas centrales era que la familia Carrillo permitía a sus socios traficar droga por su territorio.
Pero en 1996 murió Amado Carrillo Fuentes, “el Señor de los Cielos”, durante una cirugía para cambiarse el rostro.
Según el testigo en el juicio de Nueva York, “el Niño de Oro” empezó a asesinar a lugartenientes de sus aliados.
En varios momentos, refirió el testigo, líderes de los carteles trataron de restablecer el acuerdo, e incluso concretaron una reunión entre Rodolfo Carrillo y Guzmán Loera.
Pero el joven capo insultó al “Chapo” quien pidió permiso al “Mayo” y a Juan José “el Azul” Esparragoza Moreno (también fundador del cartel) para asesinar a su rival.
De acuerdo con Zambada Niebla, “el Mayo” aceptó. “Estoy con ustedes, hicimos la lucha”, fue la respuesta.
En septiembre de 2004 Rodolfo “el Niño de Oro” Carrillo Fuentes y su esposa salían de cenar en restaurante dentro de una plaza comercial de Culiacán, Sinaloa, cuando fueron asesinados.
“El Vicentillo” declaró en el juicio que el homicida fue un sicario conocido como “el Negro”, colaborador de Guzmán Loera. En represalia, el jefe del cartel de Juárez, Vicente “el Viceroy” Carrillo Fuentes, ordenó la muerte de un amigo cercano a su rival.
Empezaron las hostilidades. Meses después, en junio de 2005, “el Chapo” empezó una operación para conquistar la ruta de tráfico en Nuevo Laredo, Tamaulipas, controlada entonces por el cartel del Golfo.
Los Zetas, el brazo armado de la organización, respondieron con violencia.
Dos años después el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los carteles.
A partir de ahí, la violencia se extendió por el país.