Venezuela, enero 2019: desenlace constitucional-democrático y desafíos de la oposición
Una nueva situación constitucional, política e internacional existe ahora en Venezuela. Al vencerse el mandato de la presidencia de Nicolás Maduro el 10 de enero pasado –sin que nacional e internacionalmente se reconozcan las elecciones presidenciales celebradas en mayo pasado– la única autoridad legítima es la Asamblea Nacional con mayoría de la oposición.
Consecuentemente, el acto celebrado en el Tribunal Supremo de Justicia el 10 de enero recién pasado ratificó a Nicolás Maduro como perpetrador en el delito de “Usurpación de Autoridad” como corresponde al mandato constitucional, al asumir de facto la Presidencia de la República. Pero la norma constitucional que prevé el vacío de poder (falta absoluta del presidente) señala las únicas seis causas de tal vacío (muerte, renuncia, destitución, incapacidad física o mental, abandono del cargo, y revocatoria del mandato), no previendo allí lo referente a la falta de elección. Por lo tanto, no es posible que el presidente de la Asamblea Nacional asuma el cargo porque no está contemplada esa causa, por lo que de tomar esta vía se convertiría así en un dictador más, y no tendría apoyo popular con fortaleza militar ni internacional. (Opinión del jurista Aníbal Palacios Castillo acerca de la situación del diputado Guaidó, electo presidente de la Asamblea Nacional).
La salida constitucional según este jurista “...es la que inteligentemente escogió Guaidó, cual es convocar un Cabildo Abierto (art. 70) donde junto con el pueblo escojan la ruta constitucional, donde puede tomar una decisión de designar (no autoproclamarse) un presidente que se encargue de la transición mientras se convocan elecciones libres, con la ventaja constitucional que la decisión que tome el pueblo en ese Cabildo tiene carácter vinculante, es decir de obligatorio cumplimiento, y que debe ser acatado por todas las autoridades, y será a partir de allí cuando asuma la Presidencia de la República como legal y constitucionalmente encargado, con el objeto de restablecer la vigencia efectiva de la Constitución, violentada por el usurpador NM (art. 333). Más constitucional imposible.
Falta muy poco para el 23 de enero, cuando desde allí y con el apoyo popular, militar e internacional, con Guaidó a la cabeza, comenzaremos a transitar la ruta del período transicional para la recuperación de la Democracia con libertad plena”. Dicho Cabildo que da inicio con la gran concentración del 23 de enero, deberá extenderse a toda Venezuela debiendo ser lo más participativo y democrático posible.
En pocos días el trabajo de la Asamblea Nacional ha avanzado con acuerdos unánimes en temas fundamentales: 1. Acuerdo sobre la declaración de usurpación de la Presidencia de la República por parte de Nicolás Maduro Moros y el restablecimiento de la vigencia de la constitución. 2. Acuerdo sobre una ley de amnistía para los civiles y militares que apegándose al artículo 333 de la constitución, colaboren en la restitución del orden constitucional en Venezuela, y su respectiva Ley de Amnistía y Garantías Constitucionales. 3. Acuerdo de protección de activos del Estado venezolano ante los países de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Perú, Estados Unidos, Bulgaria, Rusia, Turquía, Emiratos Árabes y la Unión Europea. 4. Acuerdo para la autorización de la ayuda humanitaria para atender la crisis social que sufre el pueblo venezolano.
Solo una línea articulada de interacción del pueblo y la opinión pública con la oposición, y entre esta y la comunidad internacional, apoyados por los factores disidentes que se acojan a la ley de amnistía, posibilitarán el desenlace democrático que urge Venezuela.
Si bien el régimen chavista se agotó constitucional, política, económica, social e internacionalmente, solo habrá cambio democrático si la oposición asume plenamente sus responsabilidades constitucionales, políticas, y de política económica y social frente a la emergencia social y la crisis humanitaria.
Solamente si la oposición asume plenamente el mandato constitucional e impulsa una estrategia política consecuente, la fuerza armada se vería obligada a asumir el mandato constitucional de reconocer al nuevo comandante en jefe de las fuerzas armadas, y la comunidad internacional aumentará su presión contra las fuerzas que lideran el narco-estado venezolano.
Enormes son los desafíos de la oposición venezolana en esta hora crucial de su historia para recuperar la democracia y la institucionalidad, y emprender el largo y complejo camino de la reconstrucción económico-social y la reunificación de la nación venezolana.