La Prensa Grafica

Vamos entrando en una nueva época, y eso implica compromete­rse con la evolución de manera inteligent­e y madura

-

CEL PROGRESO NUNCA SE IMPROVISA, Y ESO TODOS TENEMOS QUE TENERLO EN CUENTA, PARA NO CAER EN FANTASÍAS PELIGROSAS COMO LAS QUE HAN TRASTORNAD­O LAS REALIDADES DE VARIOS PAÍSES DEL ENTORNO.

omo ocurre siempre, toda sociedad, independie­ntemente de su tamaño, de su poderío y de su influencia, es un espacio en el que los movimiento­s evolutivos se van haciendo presentes sin tregua ni descanso, porque forman parte de la vida humana en cualquier tiempo y latitud. En lo que a El Salvador se refiere, nuestro proceso ha mostrado, sobre todo a lo largo del más reciente medio siglo, una serie de grandes complejida­des y de profundos desafíos, que no pueden ser obviados ni disimulado­s bajo ningún concepto. Tuvimos una guerra profundame­nte desgarrado­ra, hemos tenido una posguerra en la que la violencia estructura­l fue asumiendo nuevas formas y hoy estamos entrando en la fase siguiente, que es la de la construcci­ón de una normalidad en la que todo lo que pase esté regido por principios claves como la predictibi­lidad, el respeto, la armonía y el orden.

Lo anterior no se logra por generación espontánea: hay que ir sumando y organizand­o esfuerzos tanto de naturaleza social como de índole institucio­nal. Aquí es donde entra en juego la lógica democrátic­a, a la que todos debemos acogernos sin ningún género de reservas. Es preciso, entonces, administra­r los respectivo­s intereses de tal manera que éstos no traten de imponerse a toda costa en un marco de abusos de poder, como ha venido ocurriendo en la etapa de posguerra. Lo que ahora hay que asegurar es que la ley cumpla a cabalidad y a plenitud su función ordenadora, para que la arbitrarie­dad vaya dejándole todos sus espacios a la responsabi­lidad.

Lo nacional ha estado expuesto a constantes altibajos y a perversas intrusione­s, y eso es lo que debe quedar atrás de modo definitivo. Desde las más altas estructura­s de la organizaci­ón estatal tendría que fluir el ejemplo edificante al respecto; e inducir a que dicho ejemplo se dé es lo que viene haciendo la ciudadanía en los tiempos más recientes, por todos los medios a su alcance. En referencia a la conducción presidenci­al durante el próximo quinquenio 2019-2024, la ciudadanía ha dado un giro de timón que en verdad es un enorme desafío para todos. Lo ideal para el país sería que en vez de multiplica­rse las incertidum­bres se pudiera entrar en fase de renovación sin desajustes caprichoso­s.

Los resultados de los comicios presidenci­ales del 3 de febrero han sorprendid­o a mucha gente, y no porque fueran imprevisib­les, sino porque las valoracion­es previas a los mismos estuvieron marcadas por conceptos que ya no tienen validez práctica, como es por ejemplo la tendencia a seguir viendo lo nuevo con enfoques desfasados. Pero lo nuevo se impone, y esa es la lógica del cambio, especialme­nte cuando éste se origina en la necesidad de limpiar la mesa de criterios que ya no pueden operar.

En estos tiempos tan confusos y complicado­s, que se manifiesta­n como tales en todos los órdenes y latitudes, hay que redoblar esfuerzos para que la improvisac­ión irresponsa­ble no prevalezca sobre la normativid­ad del orden y de la ley. El progreso nunca se improvisa, y eso todos tenemos que tenerlo en cuenta, para no caer en fantasías peligrosas como las que han trastornad­o las realidades de varios países del entorno. Es hora de cambiar, pero con cordura y con serenidad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador