La frontera
Ante un muro de policías nos preguntábamos ¿cuántas caravanas más tendrán que partir de C. A. antes de que los Gobiernos de la región busquen una solución?
Un muro de policías impedía el paso a los migrantes en la frontera Honduras-guatemala; ellos habían salido un día antes de Nueva Ocotepeque rumbo a EUA. Esta es la primera frontera que cruzaran. El día estaba nublado, frío y con una leve llovizna, desde la madrugada habíamos pedaleado duro para recorrer los 25 km que separan Nueva Ocotepeque del límite territorial con Guatemala. Es un camino entre montañas que recorre la sierra fronteriza de Honduras, ahí nos encontramos con grupos de migrantes algunos caminando, otros descansando a la orilla de la carretera.
El paso fronterizo estaba en una circunstancia tensa con una calle bloqueada por policías con equipo antimotines y una gran cantidad de migrantes, muchos de ellos cansados y frustrados. Todos querían cruzar lo antes posible.
Ahí conocimos a Esteban Zaldaña, de 17 años, originario de San Pedro Sula, quien me dijo: “Voy a tratar de pasar y ver hasta dónde llego. Aquí ya no se puede vivir tranquilo”.
Su historia no era diferente a la de los cientos de migrantes que hacían una larga fila para entrar a migración, todas tenían la misma tónica: “No hay trabajo”, “la situación está difícil”, “quiero
encontrar un mejor futuro”, “la violencia está imparable”, “no vamos a parar”. Una situación triste y conmovedora.
Con ese escenario tan complicado tardamos 3 horas y media en cruzar la frontera. De allí partimos con un sabor agridulce en nuestro interior y nos dirigimos hacia Esquipulas, nuestro próximo destino.
Allá en la frontera quedaron cientos de migrantes esperando cruzar el muro de la indiferencia. Kmcero503.com