Tener un grupo de entreno, no importa si es el del gimnasio, ayuda: dan ánimo, celebran nuestros logros y nos motivan a no faltar a las sesiones.
Siempre he cuidado mi peso, pero sabía que tenía que hacer algo de ejercicio, por salud”, dice Andrea Muñoz. Con eso en mente, un día salió a correr para ver si podía hacerlo, y lo logró. “Necesitaba un incentivo extra para no dejarlo después de un mes, así es que invertí. Me compré unos buenos tenis y ropa para correr, y creo que fue eso, más los pequeños avances, lo que me hizo seguir”, confiesa. Hoy, Andrea corre entre tres y cuatro veces por semana y lo que empezó como una tarea se ha vuelto una placentera rutina.
Lo más probable es que ahora esté pensando en todas las veces que alguien de su círculo, o usted mismo, trató de hacer lo mismo y fracasó. Pues
Galán de película
Conoce a Nicholas Hoult, el actor británico que ha tenido diferentes papeles a lo largo de su carrera. Ha sido mutante de color azul y zombi comecerebros, y aunque en estos personajes no se nota tanto, en la vida real es todo un galán.
El embarazo no implica una pérdida del deseo sexual, al contrario, hay mujeres que experimentan un aumento notable de su libido.
bien, la buena noticia es que usted o ese amigo están lejos de ser un caso excepcional, porque solo a una pequeña minoría el asunto les resulta fácil.
Hacer del ejercicio una parte más de la rutina diaria, como bañarse o almorzar, es algo difícil, pero no imposible.
“Más que comenzar, el reto es mantenerlo en el tiempo y convertirlo en rutina”, dice Rodrigo Muñoz, jefe del Centro de Tratamiento de la Obesidad Red Salud UC Christus (Chile). “Se requiere compromiso, tiempo y esfuerzo”, agrega. Algo que cuesta internalizar.
Dado que ejercitarse es un plan de mediano o largo plazo, las experiencias placenteras inmediatas son sus grandes antagonistas, dice Jaime Silva, psicólogo de Clínica Alemana (Chile). “Cuando se experimenta mucho estrés por causas laborales, familiares o económicas, al llegar a casa las personas buscan una gratificación con la comida –o una copa– y eso choca con la posibilidad de salir a correr”, ejemplifica. Por el contrario, cuando se está pasando por períodos positivos se siente mayor control sobre la vida y los compromisos de largo plazo son más fáciles de cumplir.
El problema es que esos períodos positivos no son constantes, por lo que el esfuerzo necesario por parte del individuo para mantener la rutina del ejercicio es cosa seria. La lucha acá, dice el Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, descubrió que las personas que sienten que hacen más ejercicio que sus contemporáneos viven más, incluso si objetivamente no se mueven más que el resto. La explicación está en que esto los incentiva a seguir haciendo ejercicio; y como tienen una visión positiva del ejercicio, optimizan sus beneficios. especialista, es lograr convertir a la actividad física en un momento relajante en vez de una obligación más.
Por ello es vital buscar motivaciones y alimentarlas constantemente. Por ejemplo, saber en detalle qué podría pasarnos si no nos pasamos a un estilo de vida más saludable.
Un segundo factor relevante es el apoyo de familiares y amigos, es decir, de todo el contexto social. Un tercer punto es la facilidad de acceso y de tiempo para realizar ejercicio. Si el esfuerzo requerido –en desplazamientos y en costo, entre otros– es muy grande, es menos probable que la persona lo incorpore definitivamente a su rutina.
LOS PROGRESOS ESTIMULAN
El ejercicio físico debe ser algo como mínimo tres veces a la semana. “Cuando se hace solo una vez es traumático para el cuerpo y deja de ser beneficioso”, explica José Valdés, académico del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Lo mismo pasa cuando no se hace de manera gradual.
Otro punto clave es el autoconocimiento. “Mientras más alta es la capacidad de percepción de lo que pasa con uno, más alta es la posibilidad de que el ejercicio sea beneficioso, porque la persona sabe qué puede lograr”, explicó Valdés.