La Prensa Grafica

KEITH FLINT PUSO FIN A SU VIDA

El vocalista de The Prodigy, de 49 años, fue encontrado sin vida en su casa de Inglaterra. Todo indica que fue un suicidio, algo que ya había evitado.

- Agencias/carolina Meléndez fama@laprensagr­afica.com

Keith Flint vivía en un pueblito de Essex, Inglaterra donde pretendía desde hace varios años alejarse de su adicción a las drogas. En 2015 dijo que en sus peores días, de drogas y alcohol, había pensado en el suicidio y como “remedio a la vejez”, pero que nunca lo hizo porque quería mucho a sus perros. Pero el domingo fue encontrado sin vida. Su esposa, Mayumi Kai se encontraba en Japón. Ayer, su compañero de banda, Liam Howlett, fue el encargado de dar la noticia a sus seguidores y confirmar que su “hermano” se había suicidado: “La noticia es cierta, no puedo creer que esté diciendo esto, pero nuestro hermano Keith se suicidó el fin de semana. Estoy en ‘shock’, jodidament­e enojado, confundido y con el corazón roto... RIP hermano”, dijo Liam.

Fue precisamen­te con Howlett, allá por 1989, que empezó su dilatada carrera musical, en la que llegó a vender 30 millones de discos.

Los dos británicos se conocieron en una fiesta “rave” (del verbo inglés “to rave”, delirar, derivado a su vez del sustantivo francés “rêve”, sueño), y eran conocidos por sus desenfreno­s y música “undergroun­d”. Ambos conectaron rápidament­e al ver que compartían su gusto por la música electrónic­a “dura” y diferente.

Ese fue el germen de The Prodigy, donde durante los primeros seis años Flint era el bailarín y con el vocalista y rapero Maxim como tercera pata de la agrupación. 1996 supuso un antes y un después para una banda que hasta ese momento se había desenvuelt­o en la marginalid­ad.

Y fue gracias a la letra y voz de Flint con el single “Firestarte­r”, como el trío terminó de despegar y el bailarín a su buque insignia ya que su actuación en el video en blanco y negro era tan escalofria­nte que las television­es acordaron no emitirlo antes de las 9 de la noche porque aterroriza­ba a los niños.

En una entrevista con The Guardian en 2015, Flint lamentaba que en la música actual nadie se atrevía a ser “peligroso”. Sus incendiari­os conciertos pusieron de manifiesto que ellos sí se atrevían a salirse de lo establecid­o y con su fusión de tecno, “breakbeat” y “house”, dieron espectácul­os que no pasaban desapercib­idos.

Una vida que ha llegado a su fin un año antes de alcanzar el medio siglo y que ha dejado a The Prodigy huérfano del más estrambóti­co de sus integrante­s.

 ??  ?? “Me metía cocaína, marihuana, y alcohol en enormes cantidades. También drogas sintéticas. A veces hacía filas de pastillas y me las iba metiendo una a una hasta que me quedaba inconscien­te. Eso me convirtió en una persona introspect­iva, aburrida y superficia­l”.“Si logro llegar a los 65, me gustaría decir que hice todo lo que quise, todo el lote. Me gustaría pensar que viví hasta mis últimas fantasías sexuales. Me gustaría pensar que mi cabello ha pasado por todos los colores, y mi cuerpo ha sido perforado en todos los lugares donde podía hacerlo. Incluso si todos mis amados tatuajes se han vuelto flojos para entonces, al menos poder levantarme y decir: ‘Lo hice’”.KEITH FLINT, VOCALISTA DE THE PRODIGY
“Me metía cocaína, marihuana, y alcohol en enormes cantidades. También drogas sintéticas. A veces hacía filas de pastillas y me las iba metiendo una a una hasta que me quedaba inconscien­te. Eso me convirtió en una persona introspect­iva, aburrida y superficia­l”.“Si logro llegar a los 65, me gustaría decir que hice todo lo que quise, todo el lote. Me gustaría pensar que viví hasta mis últimas fantasías sexuales. Me gustaría pensar que mi cabello ha pasado por todos los colores, y mi cuerpo ha sido perforado en todos los lugares donde podía hacerlo. Incluso si todos mis amados tatuajes se han vuelto flojos para entonces, al menos poder levantarme y decir: ‘Lo hice’”.KEITH FLINT, VOCALISTA DE THE PRODIGY

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