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operarla de un tumor cerebral.
“El 8 de agosto le hicieron un TAC (tomografía axial computarizada) y fue donde le diagnosticaron que ella tenía una sospecha de tumor en la fosa posterior derecha”, cuenta Rogelio.
La sospecha fue reconfirmada poco después tras someterse a un examen de resonancia magnética (RM).
Cada tumor cerebral tiene distintas características. Unos pueden ser benignos y otros pueden ser malignos, es decir, cancerígenos. La gravedad también depende del sitio donde estén alojados en el cerebro. Hay ocasiones, incluso, en que ni siquiera extirparlos.
“Por el tipo de tumor que ella tenía, se buscó la mejor alternativa para la operación y se obtuvo un servicio que es el responsable de que nuestra hija esté muy bien, sin secuelas y un estatus neurológico normal”, agrega Rogelio.
Cuando habla de la mejor alternativa se refiere a que se vieron obligados a alquilar cierto equipo médico para mejorar la calidad de la cirugía; equipo médico que no tiene el hospital de niños, como el aspirador ultrasónico, un aparato que ha motivado a los neurocirujanos del Bloom a lanzar la campaña #Bloomchallenge.
Solo esa herramienta quirúrgica tiene un valor de $130,000 y esa es la cantidad de dinero que los médicos están tratando de reunir para tener más éxito en las operaciones.
El neurocirujano Pablo González, uno de los que lideró la operación de Valentina, explicó que en la actualidad están realizando las cirugías sin el aspirador ultrasónico, pero eso significa estarlas realizando como si estuviéramos en los años setenta.
“Con el aparato hay menos complicaciones: hay mayor y mejor manejo de estructuras vitales como los vasos sanguíneos, que se dañan menos durante la extracción del tumor, se reducen las secuelas, se acorta a la mitad el tiempo de la operación”, apuntó el neurocirujano.
Por otra parte, el aparato les permite a los médicos extraer un tumor en un 100 % y no en un 90 % o 95 %, lo que podría ocasionar que el cáncer vuelva a aparecer.
No fue la familia de Valentina la que pagó todos los gastos. Hubo una red de amigos que se movilizó para recaudar el dinero, una suma que prefieren mantener en secreto, pero lo que no pueden ocultar es la certeza que tienen sobre el éxito del procedimiento quirúrgico.
“El equipo de médicos de neurocirugía del Bloom fue el que lideró todo el proceso. No tenemos ninguna queja al respecto, sino todo lo contrario, estamos muy, pero muy agradecidos por el apoyo que obtuvimos y lo seguimos teniendo a la fecha con el tratamiento posoperatorio que aún recibe nuestra hija. Ellos son de lo mejor que hay en el país en todos los sentidos”, agregó Rogelio.
“El equipo de médicos de neurocirugía del Bloom fue el que lideró todo el proceso. No tenemos ninguna queja al respecto, sino todo lo contrario, estamos muy, pero muy agradecidos”. ROGELIO, PADRE DE VALENTINA
es posible