Certamen busca la mejor taza de café salvadoreño
La selección de muestras para la Taza de Excelencia inició con 128 muestras de 116 productores. La mayoría son de la cordillera Apaneca-ilamatepec.
La Taza de Excelencia es un certamen que se realiza en varios países, con el objetivo de encontrar el mejor café en cada lugar. Para la edición de este año, 116 productores salvadoreños presentaron sus muestras. A lo largo de esta semana, el juez internacional y los jueces nacionales catarán cada café para determinar cuántos cumplen con los requisitos para ser parte de la competencia: alcanzar 87 puntos.
El año pasado se presentaron 184 muestras de café, en esta ocasión son 128. Hugo Hernández, director ejecutivo del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), explicó que esto se debe a que antes el mínimo para ser incluido eran 86 puntos; ahora son 87.
La puntuación es una forma de medir la calidad del café y se encuentra después de una rigurosa evaluación de catadores. Se identifican defectos tanto en el café en sí como en el proceso, y en los atributos como la dulzura.
“En Taza de Excelencia buscamos los mejores cafés de cada origen, entre estos orígenes está El Salvador que tiene de los mejores cafés que nosotros tenemos en taza: un café muy especial”, dijo el juez brasileño Silvio Leite.
Agregó que aparte de identificar defectos buscarán atributos positivos, como que sea una “taza limpia” y la dulzura. Además, el resabio y “qué tipo de acidez” tiene el café en cuestión.
Los jueces estarán catando durante la semana, y el viernes tendrán definido qué cafés quedarán seleccionados. Luego los productores entregarán los lotes al beneficio. En abril pasarán por el jurado nacional y luego por el internacional. Después se envían muestras al extranjero y se realiza una subasta electrónica.
El año pasado el café ganador se vendió en $55.10 por libra en la subasta electrónica, era de la variedad geisha de la finca La Cumbre. En el certamen de 2017, la finca Santa Rosa rompió un récord a escala nacional con un precio de venta de $95.70 por libra.
“El país está recuperando su capacidad productiva gradualmente, pero con un enfoque en la calidad, los caficultores saben que las alternativas que tenemos ante la situación actual de precios del café son la diferenciación”, expresó Hernández.
El funcionario agregó que alcanzar la calidad de taza involucra la labor agrícola en la finca, la corta en el momento oportuno, la selección y los procesos que se realizan en el beneficio.
La mayoría del café que está en fase de preselección es de la variedad borbón o pacamara. Aunque también hay presencia de otras variedades, como kenya, geisha, caturra y pacas. Son productores de las seis cordilleras del país, aunque las que tienen más presencia son Apaneca-ilamatepec y Alotec-metapán.