40 % de latinoamericanos en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares
complicación son las amputaciones.
En México se estima que cada 7 minutos un paciente pierde una pierna a causa de esta enfermedad.
Asimismo, 80 % de los pacientes que pierden una extremidad por estas causas no vuelve a caminar en su vida.
Mientras que, según estimaciones del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), para 2030 58 % de las muertes de los mexicanos serán a consecuencia de este tipo de padecimientos. Esto debido al aumento de las cifras de sobrepeso, obesidad, diabetes y altos niveles de colesterol que se presentan en el país.
El doctor Javier Antezana, cardiólogo adscrito a la Unidad Coronaria del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, aseveró que estas cifras son similares en toda América Latina.
Explicó que los principales factores de riesgo son la edad, ya que en su mayoría ocurre después de los 65 años, la falta de ejercicio, el tabaquismo, la mala alimentación y el estrés.
El problema, señaló la doctora Meaney, es que en México hace falta una cultura preventiva, lo que lleva a que este tipo de padecimientos tengan un desenlace mortal.
Hasta ahora, el principal tratamiento de estas enfermedades se basaba en un estilo de vida saludable, alimentación sana, ejercicio, dejar de fumar, reducir el estrés y evitar la obesidad.
Pese a ello, los pacientes seguían con alto riesgo de presentar eventos tromboembólicos que podrían llevarlos a padecer alguna discapacidad, la pérdida de extremidades e incluso la muerte.
Con el fin de reducir hasta en 24 % el riesgo combinado de un evento vascular cerebral, la muerte por causa cardiovascular e infarto a miocardio y disminuir hasta en 70 % el riesgo de amputaciones, se aprobó una terapia combinada.
Este tratamiento se basa en el uso de un anticoagulante oral con rivaroxabán más un antiagregante plaquetario, como el ácido acetilsalicílico de dosis específica. La terapia ya fue probada en pacientes de todo el mundo y se demostró sus beneficios.
Sin embargo, el doctor Gerardo Peón Peralta, médico angiólogo adscrito al Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital General Número 12 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Mérida, señaló que aún existen grandes retos. “Se necesita aún un tratamiento óptimo para evitar que el paciente repita un evento así”, dijo.