Una toxina “suicida” de la tuberculosis abre la pista de nuevos tratamientos
con una cepa de tuberculosis en la que podían activar artificialmente la producción de la toxina Mbct.
Comprobaron que eso disminuye drásticamente el número de bacterias que infectaban las células, lo que aumenta la supervivencia de los ratones.
Unos resultados que permiten augurar nuevos procedimientos para tratar la que es una de las diez principales causas de mortalidad en el mundo, y que cobran particular importancia ante la creciente resistencia a los antibióticos de ciertas cepas de la tuberculosis.
Según la Organización Mundial de la Salud, sin un tratamiento adecuado, mueren hasta dos terceras partes de los enfermos.
La tuberculosis está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que casi siempre afecta a los pulmones, y se transmite de persona a persona a través del aire, cuando el afectado expulsa bacilos tuberculosos toser, estornudar o escupir.
Los esfuerzos del equipo investigador se centran, en un primer momento, en el establecimiento de compuestos capaces de separar la toxina de su antídoto. Esas moléculas podrían ser útiles para abordar otras infecciones, puesto que se han observado sistemas similares en otras bacterias patógenas. al