Ola retrógrada, gran desafío del trabajo social
La llegada al poder de gobiernos “incluso neofascistas”, con poco interés por los derechos humanos, es un gran reto, dice experta.
La irrupción de la derecha “más retrógrada y violenta” en algunos países americanos y europeos es hoy en día el “gran desafío” del trabajo social, una ciencia que se basa en la justicia distributiva y la defensa de los derechos humanos, aseguró a Acan-efe una reconocida experta. La presidenta de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), la argentina Silvana Martínez, dijo que la llegada al poder en países como Brasil o Italia de gobiernos “cada vez más de derechas e incluso neofascistas”, que demuestran poco interés por los derechos humanos, hace que el trabajo social sea “más necesario que nunca”.
“Ahí donde hay derechos vulnerados es donde el trabajador social interviene para poder restituir, reparar o exigir que se cumpla ese derecho”, afirmó la especialista durante una entrevista con Acan-efe en la capital panameña, donde se celebró hasta este viernes un congreso regional sobre trabajo social.
CONTRA LA DESIGUALDAD
LOS BENEFICIOS DEL TRABAJO SOCIAL SON TANGIBLES: “POR CADA DÓLAR GASTADO EN TRABAJO SOCIAL, HAY UN RETORNO DE LA INVERSIÓN DE TRES DÓLARES EN LA ECONOMÍA NACIONAL”, DIJO LA EXPERTA.
Martínez, la primera latinoamericana en presidir esta federación que aglutina a un centenar de organizaciones, explicó que el trabajo social es una combinación de múltiples ciencias (política, sociología, psicología, filosofía o antropología) que busca “desafiar las desigualdades y la discriminación en todas sus formas y capacitar a las personas para que estén a cargo de sus vidas”.
“Somos defensores de derechos humanos, pero tenemos una concepción y una formación teórica y epistemológica transversal y transdisciplinaria que nos distingue de otros activistas”, añadió.
La argentina, que asumió el cargo hace solo unos meses, defendió que el trabajo social no puede despolitizarse porque es “eminentemente político”, pero tiene que blindarse al partidismo.