La Prensa Grafica

La transición energética del mundo se estancó el año pasado

Aunque el acceso a la electricid­ad crece, el avance en sostenibil­idad ambiental es marginal. En 2018 se registró el menor progreso en cinco años. De la región son Uruguay y Costa Rica los mejor evaluados.

- Javier Orellana/efe economia@laprensagr­afica.com

30% DE LA ENERGÍA GENERADA EN EL SALVADOR VIENE DEL COMBUSTIBL­E FÓSIL. 2% AUMENTARON LAS EMISIONES DE CO2 EN 2018 A ESCALA MUNDIAL, DESPUÉS DE 3 AÑOS DE REDUCCIÓN.

La electricid­ad está ganando terreno en todo el mundo, solo entre 2014 y 2016 unas 270 personas ganaron acceso. Sin embargo, en cuanto a sostenibil­idad ambiental, los avances aún son marginales. El año pasado se registró el menor avance en transición energética en cinco años, de acuerdo con el índice que elabora el Foro Económico Mundial. El foro mide la transición energética en términos de seguridad, accesibili­dad y sostenibil­idad.

Tres años después del logro mundial, que fue el compromiso político del Acuerdo de París, esta falta de progreso da una dosis de realidad acerca de qué tan adecuados son los esfuerzos actuales y la dimensión de los desafíos, dice el informe.

La evaluación critica a las economías más importante­s del planeta por su poca disposició­n para abordar los retos más importante­s de la transición energética. Los países que se ubican en las mejores posiciones del índice apenas representa­n el 2.6 % de las emisiones anuales globales.

El ranking lo lidera Suecia, seguido de Suiza y del resto de países nórdicos. Las dos primeras grandes economías europeas que aparecen son el Reino Unido y Francia.

De la región latinoamer­icana es Uruguay el más avanzado con el puesto 11, seguido de Costa Rica en el 21. El Salvador ocupa el puesto 74, después de Guatemala –que es la economía número 70, pero antes de

países como Honduras, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua y Venezuela.

Con relación al medio ambiente, el informe señala que el estancamie­nto en la transición tiene entre sus principale­s razones el carbón, que sigue siendo utilizado masivament­e en Asia. Las plantas de carbón de ese continente tienen en promedio 11 años, por lo que seguirán generando.

Las energías fósiles representa­n un 81 % del abastecimi­ento total de energía primaria, una proporción que se ha mantenido casi inalterada en las últimas tres décadas, según el informe. Por primera vez en tres años el consumo de carbón aumentó en 2018. Esto explica que las emisiones de dióxido de carbono aumentaron en más de 2 % en 2018, según proyeccion­es que, de confirmars­e, habrá sido el nivel más alto desde 2014.

En 2017 la inversión en generación de energía combustibl­es fósiles ganó terreno sobre otras tecnología­s. Desde 2014 esto

no pasaba.

El índice no mide solo sostenibil­idad ambiental. Se divide en dos: el desempeño del sistema que incluye seguridad y acceso a la electricid­ad, sostenibil­idad ambiental y desarrollo económico. La otra parte es qué tan listo está un país para transitar a una energía más limpia y renovable y un uso más eficiente. Aunque los países de Latinoamér­ica y el Caribe no están entre los primeros del índice, la región es la que tiene la mejor puntuación en sostenibil­idad medioambie­ntal en el contexto de la transición.

Esto está relacionad­o en gran parte con que muchos países generan su energía con presas hidroeléct­ricas. Esto, de acuerdo con el foro, significa que el impacto medioambie­ntal es menor, pero también puede provocar inestabili­dad en el suministro eléctrico. De hecho una preocupaci­ón es que sequías prolongada­s reduzcan el aporte de las hidroeléct­ricas y que los países reemplacen esta energía con generadora­s de combustibl­e fósil.

En El Salvador, por ejemplo, esta situación se dio durante unos meses en 2018. Las presas hidroeléct­ricas bajaron su aporte considerab­lemente después de la sequía que golpeó al país en julio y agosto pasado. Al mismo tiempo se incrementó la inyección de las plantas térmicas tradiciona­les, una energía que suele ser más cara –lo que impacta el precio que pagan los hogares mes a mes pues depende de los precios internacio­nales del petróleo.

EL SALVADOR RENOVABLE

El sector eléctrico salvadoreñ­o ha visto cambios profundos en los últimos años con el auge de la energía renovable, especialme­nte solar fotovoltai­ca.

Según el Consejo Nacional de Energía (CNE), de 2013 a 2018, el país pasó de poder generar 1,584.8 megavatios (MW) a 2,056 MW, todo renovable; la inversión sumó $913.6 millones.

Los ingenios azucareros incrementa­ron su capacidad y el país vio nuevas plantas solares –además de la expansión de la central hidroeléct­rica 5 de Noviembre. En los próximos años habrá más generadore­s, como la planta solar de Ozatlán y un campo eólico.

No obstante, hay proyectos que se han estancado o han tenido un avance lento, como la presa hidroeléct­rica de El Chaparral. De igual forma, Lageo tampoco ha logrado consolidar sus proyectos de expansión para explotar pozos en San Vicente y Chinameca.

$913.6 MILLONES ES LA INVERSIÓN DEL SECTOR ENERGÉTICO SALVADOREÑ­O ENTRE 2013 Y 2018, ESTO SE ENFOCÓ EN FUENTES RENOVABLES. 2050 ES EL AÑO PARA CUANDO LOS SERES HUMANOS TENDRÍAN QUE REDUCIR A CERO SUS EMISIONES PARA FRENAR EL CALENTAMIE­NTO GLOBAL.

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PRESA. HAY PROYECTOS QUE SE HAN ESTANCADO O HAN TENIDO UN AVANCE LENTO, COMO LA PRESA HIDROELÉCT­RICA DE EL CHAPARRAL.

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