DE DETENER CRIMINALES A CUIDAR NIÑOS: LA NUEVA LABOR DE AGENTES
El gran flujo de migrantes y menores no acompañados está obligando a agentes fronterizos a dar atención y desviar los esfuerzos contra el tráfico de drogas.
Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos lamentan que con la llegada a la frontera de miles de familias con sus hijos pequeños han pasado de detener indocumentados y criminales e incautar droga a cuidar niños, una tarea para la que no se alistaron ni están preparados. Numerosas estaciones de la Patrulla Fronteriza se han visto inundadas de niños, muchos de ellos bebés, madres y padres, unidades familiares que alteran la labor diaria de unos uniformados que quieren ser más agentes del orden y menos niñeras o trabajadores sociales que atienden a esta crisis humanitaria.
“Muchas cosas cambiaron en los últimos meses, ahora estamos inundados de casos de familias y niños solos. Algunas estaciones están a su máxima capacidad y nosotros tenemos que asegurarnos (de) que se encuentren en buen estado de salud y procesarlos”, dice un agente fronterizo.
Este agente de la estación de Ajo (Arizona), que
cuenta con siete años de servicio en la agencia federal, explicó que cuentan con la ayuda de paramédicos y técnicos de emergencias para garantizar la salud de los detenidos en una situación que, reconoce, es algo para lo que no estaban “preparados”.
Y es que el paradigma de la inmigración ha cambiado. Si antes la principal misión de los agentes era buscar y capturar a inmigrantes solos, la mayoría hombres, y algunos con antecedentes criminales, e incautar droga, ahora es recoger y atender a miles de familias que se entregan nada más cruzar la frontera para pedir asilo.
Precisamente, el sábado pasado agentes de la estación de Ajo detuvieron a 216 personas que viajaban en grupos familiares cerca de Quitobaquito Springs, al oeste de Lukeville, Arizona. El grupo estaba formado por 99 adultos y 117 niños, 20 de ellos no acompañados.
Más de 76,000 migrantes cruzaron irregularmente la frontera de Estados Unidos con México en febrero pasado, doblando el registro del mismo mes de 2018, en el dato mensual más elevado en los últimos 12 años. De ellos, 40,325 fueron familias y 7,249 eran menores no acompañados.
El agente dice que mientras ellos se ocupan del bienestar de los niños, los traficantes aprovechan para cruzar la droga.
“Estamos viendo que cada vez dejan a los grupos más al oeste, obligándonos a mover más agentes, camionetas para transportarlos, utilizar mucha más logística mientras ellos (los traficantes) posiblemente están cruzando droga por otro lado”, considera.
Aduanas y Protección Fronteriza en el sector de San Diego publicó este mes un video en el que se ve a supuestos traficantes de personas pasando a Estados Unidos a niños a través de la valla divisoria, mientras que por otro lado una decena de personas cruzaban sin poder ser detenidos por unos agentes que habían ido a atender a los menores.
La Administración de Donald Trump afirmó que regresarían a la polémica política que tanto había criticado en el pasado de detener y liberar a los inmigrantes que cruzan la frontera ilegalmente.