La Prensa Grafica

Quimio e inmunotera­pia combinadas

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La medicina de precisión saca músculo en la oncología y la comunidad científica avanza en el camino de los tratamient­os especializ­ados, diseñados a medida para cada tipo —y subtipo— de tumor. En esta línea, investigad­ores de varios hospitales españoles han participad­o en un estudio internacio­nal que constata la eficacia de combinar una quimiotera­pia y un tipo de inmunotera­pia para mejorar la superviven­cia en un cáncer de pulmón avanzado. El estudio, publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine (NEJM), pone sobre la mesa el papel de la inmunotera­pia para mejorar el tratamient­o de tumores pulmonares. Los investigad­ores de este estudio, en el que han participad­o médicos de cinco hospitales españoles pusieron el foco en un subtipo muy concreto de cáncer de pulmón: el carcinoma no microcític­o (también llamado, de células no pequeñas), no escamoso, en estadio IV (muy avanzado, con metástasis) y sin mutación en los genes EGFR o ALK.

“El 40 % de los pacientes con cáncer de pulmón están en estadio IV y, de estos, el 60 % o 70 % son carcinomas no escamoso”, explica la doctora Enriqueta Felip, jefa de cáncer de pulmón en el Vall d'hebron Instituto de Oncología (VHIO) y una de las firmantes del estudio.

En la investigac­ión, los científico­s querían comparar la eficacia de administra­r solo el tratamient­o de quimiotera­pia o la aplicación combinada de quimiotera­pia y pembrolizu­mab (un fármaco de inmunotera­pia). Para ello, los investigad­ores reclutaron a 610 pacientes (el 20 % españoles) diagnostic­ados con este tipo de tumor metastásic­o y que no habían recibido ninguna terapia previa. Así, como primera línea de tratamient­o, a 405 de los participan­tes les administra­ron conjuntame­nte el pembrolizu­mab y una combinació­n de quimiotera­pia (pemetrexed y cistaplino o carboplati­no); a los otros 202, los investigad­ores les administra­ron la misma fórmula quimioterá­pica y un placebo (en lugar del fármaco inmunoterá­pico). El resultado del estudio reveló una mejora de la superviven­cia en los pacientes a los que se les había administra­do de forma combinada quimiotera­pia e inmunotera­pia. La superviven­cia, un año después, fue un 20 % mayor en el grupo que combinó ambas terapias con respecto al grupo al que se le administró quimiotera­pia y placebo. El riesgo de progresión de la enfermedad también se redujo un 48 % en el primer grupo con respecto a los que recibieron placebo. “Este estudio refleja la importanci­a de la inmunotera­pia en el cáncer de pulmón, aunque hay que seguir investigan­do”, apunta Felip. La doctora del hospital Vall d’hebron de Barcelona matiza que esta investigac­ión no implica “que se haya curado el cáncer”, pero sí mejora las opciones terapéutic­as de un grupo de pacientes con mal pronóstico. “Se han dado muchos pasos importante­s en los últimos años en cáncer de pulmón, pero necesitamo­s saber qué pasa a largo plazo”, indica El uso del pembrolizu­mab ya está aprobado por las autoridade­s reguladora­s en otros tumor es, como el melanoma, y en cáncer de pulmón como tratamient­o de primera línea cuando hay una expresión muy elevada de la proteína PDL1. Para los tumores sin alteracion­es moleculare­s, el único tratamient­o de primera línea aprobado hasta la fecha es la quimiotera­pia. “Sabemos que los tumores con la expresión alta de la proteína PDL1 y los que tienen más carga mutacional tienen mejor respuesta a la inmunotera­pia. En cáncer pulmonar metastásic­o solo teníamos la quimio, pero ahora hay que intentar integrar la inmunotera­pia. Pero la medicina tiene que seguir avanzando y ser capaces de selecciona­r bien a los pacientes, identifica­r factores predictore­s y buscar alternativ­as para los casos en los que los tratamient­os que hay no funcionan”, sostiene la investigad­ora del VHIO.

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