MILLONES DE NECESITADOS DE ALIMENTOS POR SEQUÍAS E INUNDACIONES EN C. A.
Naciones Unidas estiman 2.2 millones de afectados por eventos climáticos extremos en el corredor seco; 1.4 millones necesitan de asistencia alimentaria. Piden $72 millones a la comunidad internacional.
Unas 2.2 millones de personas de la región conocida como el corredor seco centroamericano se han visto afectadas por los eventos climáticos extremos –como sequías o inundaciones– y 1.4 millones necesitan asistencia alimentaria, muchas de ellas son salvadoreños de la zona oriental, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).
La entrada tardía de las lluvias en 2018 estropeó el 70 % de la primera cosecha en esta zona, que se
extiende por el litoral del Pacífico centroamericano, mientras que lluvias torrenciales dañaron el 50 % de la segunda recolección o “postrera”, lamentaron ambas agencias de las Naciones Unidas (ONU).
“Los agricultores de subsistencia han empezado a sembrar este mes y la mayoría no tiene reservas de alimentos. Si nos los apoyamos ahora, los meses previos a la recolección van a ser muy duros, especialmente para los niños que son los más vulnerables”, dijo el director regional del PMA, Miguel Barreto.
El denominado corredor seco centroamericano, que abarca las costas pacíficas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, es de las zonas más vulnerables del mundo al cambio climático. Allí viven 50 % de los casi 2 millones de pequeños productores de granos básicos de la región.
La mayoría de estos productores se dedican a la agricultura de subsistencia, lo que significa que comen y viven de lo poco que cultivan, generalmente maíz y frijoles.
“Tenemos que mejorar la resiliencia de la gente que vive en el corredor seco mejorando el monitoreo y los avisos meteorológicos, y mitigando el impacto de las sequías y las lluvias con mejores prácticas agrícolas”, apuntó el coordinador regional de FAO, Adoniram Sanches.
Las instituciones calculan que son necesarios al menos $72 millones para proveer alimentos de manera inmediata a unas 700,000 personas en la región.
Estos fondos también se utilizarán para crear y rehabilitar activos productivos, diversificar las fuentes de ingreso de los agricultores, establecer sistemas de protección social y fortalecer su resiliencia ante los efectos del clima.
A mediados de febrero de 2019, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos anunció la aparición del fenómeno de El Niño y se pronostica que se prolongue hasta octubre. El riesgo es que se afecte la primera siembra, don
CRISIS ALIMENTARIA SE ESTIMA QUE DE LOS 1.9 MILLONES DE PEQUEÑOS PRODUCTORES DE GRANOS BÁSICOS QUE HAY EN CENTROAMÉRICA, LA MITAD SE ENCUENTRAN EN EL CORREDOR SECO. HASTA UN 82 % DE LAS FAMILIAS HA VENDIDO SUS HERRAMIENTAS DE AGRICULTURA Y SUS ANIMALES PARA COMPRAR COMIDA.
de se produce la mayoría del maíz.
La FAO y el PMA recomendaron medidas como reemplazar la siembra por cultivos menos exigentes en agua, como maicillo y tubérculos o la siembra de variedades de maíz precoces de ciclo corto con las primeras lluvias en las zonas más secas.
Se estima que de los 1.9 millones de pequeños productores de granos básicos que hay en Centroamérica, la mitad se encuentran en la zona del corredor seco. Estas familias son agricultores de subsistencia, lo que significa que cosechan y consumen los alimentos que siembran, principalmente maíz y frijoles, y apenas cuentan con recursos para hacer frente a los riesgos. Si una cosecha falla, no tienen reservas suficientes para sobrevivir hasta la próxima cosecha.
Una vez agotan sus reservas de alimentos, las familias recurren a estrategias de sobrevivencia consideradas de crisis o emergencia. Según información de la FAO, PMA y los gobiernos, hasta un 82 % de las familias ha vendido sus herramientas de agricultura y sus animales para comprar comida. Incluso se saltan las comidas o comen alimentos menos nutritivos.
Más del 25 % de los hogares encuestados no tiene suficientes ingresos para cubrir el costo de la canasta básica. Por otra parte, un 8 % de las familias informaron que piensan migrar en respuesta a esa situación.