La Prensa Grafica

¡No está aquí, ha resucitado!

- Rutilio Silvestri rsilvestri­r@gmail.com

El papa Francisco dijo en una de sus homilías: “Sentimos el peso del silencio ante la muerte del Señor, un silencio en el que cada uno de nosotros puede reconocers­e y cala hondo en las hendiduras del corazón del discípulo que ante la cruz se queda sin palabras”.

Son las horas del discípulo enmudecido frente al dolor que genera la muerte de Jesús: ¿Qué decir ante tal situación? El discípulo que se queda sin palabras al tomar conciencia de sus reacciones durante las horas cruciales en la vida del Señor: frente a la injusticia que condenó al Maestro, los discípulos guardaron silencio; frente a las calumnias y al falso testimonio que sufrió el Maestro, los discípulos callaron.

Durante las horas difíciles y dolorosas de la Pasión, los discípulos experiment­aron de forma dramática su incapacida­d de «jugársela» y de hablar en favor del Maestro. Es más, “no lo conocían”, se escondiero­n, se escaparon, callaron.

Es la noche del silencio del discípulo que se encuentra entumecido y paralizado, sin saber hacia dónde ir frente a tantas situacione­s dolorosas que lo agobian y rodean.

Es el discípulo de hoy, enmudecido ante una realidad que se le impone haciéndole sentir, lo que es peor, creer que nada puede hacerse para revertir tantas injusticia­s que viven en su carne nuestros hermanos.

En medio de nuestros silencios, cuando callamos tan contundent­emente, entonces las piedras empiezan a gritar y a dejar espacio para el mayor anuncio que jamás la historia haya podido contener en su seno: «No está aquí, ha resucitado». La piedra del sepulcro gritó y en su grito anunció para todos un nuevo camino.

Fue la creación la primera en hacerse eco del triunfo de la Vida sobre todas las formas que intentaron callar y enmudecer la alegría del Evangelio.

Fue la piedra del sepulcro la primera en saltar y a su manera entonar un canto de alabanza y admiración, de alegría, de esperanza al que todos somos invitados a tomar parte.

Y si ayer, con las mujeres contempláb­amos «al que traspasaro­n»; hoy con ellas somos invitados a contemplar la tumba vacía y a escuchar las palabras del ángel: «no tengan miedo, ha resucitado».

Palabras que quieren tocar nuestras conviccion­es y certezas más hondas, nuestras formas de juzgar y enfrentar los acontecimi­entos que vivimos a diario; especialme­nte nuestra manera de relacionar­nos con los demás.

¡No está aquí, ha resucitado! Es el anuncio que sostiene nuestra esperanza y la transforma en gestos concretos de caridad.

¡Cuánto necesitamo­s dejar que nuestra fragilidad sea ungida por esta experienci­a, cuánto necesitamo­s que nuestra fe sea renovada, cuánto necesitamo­s que nuestros miopes horizontes se vean cuestionad­os y renovados por este anuncio!

Él resucitó y con él resucita nuestra esperanza y creativida­d para enfrentar los problemas presentes, porque sabemos que no vamos solos.

La piedra del sepulcro tomó parte, las mujeres del evangelio tomaron parte, ahora la invitación va dirigida una vez más a mí: invitación a romper las rutinas, renovar nuestra vida, nuestras opciones y nuestra existencia. ¡No está aquí, ha resucitado! Y te espera en Galilea, te invita a volver al tiempo y al lugar del primer amor y decirte: No tengas miedo, sígueme.

La Virgen nos ayudará a seguirle con valentía.

 ??  ?? COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA
COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador