La Prensa Grafica

PERSISTEN CASOS DE SECUESTROS EN EL PAÍS

La unidad especializ­ada de la Fiscalía en secuestros considera que quienes están detrás de ese delito son bandas que conocen informació­n íntima de las víctimas. Sin embargo, han conocido algunos casos donde los responsabl­es son pandillero­s.

- Mariana Arévalo judicial@laprensagr­afica.com

Julio Umaña, de 21 años, es la víctima más reciente a causa de los secuestros en El Salvador. Julio era un exjugador de la Asociación Deportiva Isidro Metapán y fue secuestrad­o el 16 de abril pasado. El caso fue manejado con hermetismo por la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO) de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes negociaban el rescate.

Una semana después de estar secuestrad­o, las autoridade­s encontraro­n el cadáver de Julio en el cantón La Criba, en el municipio de Candelaria de la Frontera, departamen­to de Santa Ana. La versión oficial del caso es que la banda de secuestrad­ores pedía $500,000 por liberar a Julio, pero bajaron el monto a $20,000 cuando ya lo habían matado porque la víctima intentó escapar de sus raptores.

Las estadístic­as oficiales de la PNC dan cuenta de 31 secuestros desde 2017. Las autoridade­s recibieron 15 reportes de secuestros por año, en 2017 y 2018, mientras que para finales de abril, en 2019, las autoridade­s sumaban a la lista el caso de Julio.

El informe de la corporació­n policial, que fue solicitado por LA PRENSA GRÁFICA por medio de la Ley de Acceso a la Informació­n Pública (LAIP), refleja que en 2018 fueron dos los municipios con el índice más elevado de secuestros: San Martín (San Salvador) y San Miguel con dos casos cada uno.

La Unidad Especializ­ada del Crimen Organizado de la Fiscalía General de la República (FGR) asegura que el 90 % de los casos de secuestro que investigan termina con éxito. Las autoridade­s, sin embargo, detallaron que el caso de Julio fue diferente porque la víctima intentó escapar.

En 2017, sin embargo, los datos revelaron que el municipio con más secuestros fue Nahuizalco, ubicado en el departamen­to de Sonsonate, con cuatro casos.

El artículo 149 del Código Penal especifica que lo que le sucedió a Julio fue un secuestro y no una privación de libertad. La caracterís­tica principal para que un secuestro sea denominado como tal es que los captores exijan una condición a la familia de la víctima para ponerla en libertad.

La condición, de acuerdo con la ley, puede ser un rescate, una condición o que la autoridad pública realice o, incluso, deje de hacer un determinad­o acto. Las autoridade­s, de lo contrario, catalogan al hecho como una privación de libertad.

SECUESTROS EXPRÉS

A esta categoría de secuestros, en 2005, las bandas incursiona­ron en lo que las autoridade­s denominaro­n como “secuestros exprés”.

Uno de los fiscales especialis­tas de la Unidad Especializ­ada del Crimen

Organizado, quien pidió anonimato, dijo que esta “nueva” clasificac­ión de secuestros tiene un fin principalm­ente ligado a la extorsión por parte de los grupos criminales.

La caracterís­tica principal de los secuestros exprés, según la fuente, es que “es bastante corto el tiempo que duran estas privacione­s de libertad; son lapsos de horas, inclusive dos o tres”.

El especialis­ta de la Fiscalía, sin embargo, explicó que tras las investigac­iones de la FGR descubrier­on que algunos de esos casos resultaban “autosecues­tros”. “Hay hasta autosecues­tros de personas que fingen estar secuestrad­as por un grupo de pandillero­s, cuando no es cierto. Lo hacen para pedir dinero a sus familiares”, agregó.

La unidad fiscal, sin embargo, explicó que no tienen casos de secuestros exprés desde 2018, pues las desaparici­ones que ahora ocurren son considerad­as como privacione­s de libertad.

PANDILLAS DETRÁS DE CASOS DE SECUESTROS

El miembro de la unidad fiscal detalla que aunque son generalmen­te las bandas especializ­adas quienes dedican su accionar delictivo a planificar secuestros, las pandillas no quedan fuera de la ecuación.

Tal es el caso de Edwin Noé Fuentes Alfaro, también conocido como “Pato”, quien es un pandillero condenado a 30 años de prisión a inicios de 2018 por formar parte de una banda de secuestrad­ores exprés.

El Tribunal de Sentencia de Zacatecolu­ca, en el departamen­to de La Paz, determinó con base en las investigac­iones fiscales que Fuentes Alfaro recibía “cuantiosas cantidades de dinero” a cambio de liberar a sus víctimas.

Él, junto con nueve compañeros, cometieron varios secuestros en el municipio de Zacatecolu­ca y luego llevaban a las víctimas a una casa abandonada ubicada en el cantón El Maneadero, de dicho municipio. Durante los secuestros, de acuerdo con la Fiscalía, pedían rescates a las familias de las víctimas que rondaban entre $25,000 y $40,000.

Sin embargo, la Fiscalía sostiene que la mayoría de las bandas no están relacionad­as a las pandillas, pues “no les es lucrativo secuestrar, ya que para ellos es más fácil con la sola presencia de una persona que está tatuada exigirle dinero, a tener toda una logística de tener a una persona en una casa de cautiverio, negociacio­nes y movimiento­s de vehículos”.

HERMETISMO EN LOS CASOS DE SECUESTRO

LA PRENSA GRÁFICA buscó la opinión de la DECO y de la Subdirecci­ón de Investigac­iones de la corporació­n policial, sin embargo, en varias ocasiones dijeron no estar disponible­s para hablar sobre el tema de secuestros en El Salvador.

Un agente de la DECO dijo, de manera no oficial, que por lo general los casos de secuestros son manejados con hermetismo por las autoridade­s debido a que involucran a víctimas con alto poder económico, como empresario­s e implica un nivel de planificac­ión, donde la banda criminal conoce detalles íntimos tanto de la familia, como de la víctima.

En el caso de Julio, la Fiscalía reportó que los supuestos secuestrad­ores están acusados de homicidio agravado en contra del exjugador del Isidro Metapán.

Además, por orden del Juzgado Especializ­ado de Instrucció­n de Santa Ana, seguirán detenidos mientras enfrentan el juicio.

“Con los secuestros generalmen­te son bandas las que se dedican a esta actividad porque para las pandillas no les es lucrativo secuestrar, pero se han dado casos”.

INVESTIGAD­OR,

UNIDAD ESPECIALIZ­ADA DEL CRIMEN ORGANIZADO DE LA FGR

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SECUESTRO. LAS ESTADÍSTIC­AS OFICIALES DE LA PNC CONSIGNAN 31 SECUESTROS DESDE 2017.
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HERMETISMO. LOS SECUESTROS SON MANEJADOS CON HERMETISMO POR EL PERFIL DE LAS VÍCTIMAS Y LA INFORMACIÓ­N QUE SE VENTILA EN LOS CASOS, SEGÚN UN AGENTE DECO.

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