MUERE MIGRANTE POR DISPAROS DE POLICÍAS DE MÉXICO
Un migrante hondureño murió el miércoles luego de que policías investigadores abrieron fuego en medio de una persecución. Las autoridades los acusaron de llevar drogas y armas.
Policías del estado de Coahuila, en la frontera norte de México, mataron a tiros a un migrante centroamericano, al que acusaron de desenfundar una pistola y abrir fuego contra los agentes, dijeron fiscales ayer. Funcionarios de un albergue de migrantes en la ciudad de Saltillo, en Coahuila, dijeron que el migrante, que en un principio fue identificado como salvadoreño, había estado esperando a otros migrantes el miércoles para subir a un tren de carga rumbo a la frontera con Estados Unidos.
La Casa del Migrante de Saltillo dijo que el grupo de unos 10 migrantes se había quedado en el albergue antes de salir hacia las vías de tren e indicó que ellos fueron víctimas de operativos de agentes estatales y federales.
El albergue dijo en un comunicado que los migrantes escondieron a una niña de dos años durante el operativo por temor a los disparos de agentes de la fiscalía de Coahuila.
Sin embargo, la procuraduría ofreció una versión diferente. Además, por la tarde el fiscal general del Estado, Gerardo Márquez Guevara, dijo que el migrante era de origen hondureño. La cancillería salvadoreña también reportó que la red consular confirmó esa versión.
“A la altura de las vías del ferrocarril, cuatro personas
del sexo masculino agreden verbalmente a los policías, uno de ellos saca de entre sus ropas un arma de fuego y realiza disparos, mientras que las otras personas huyeron en forma pedestre”, dijo la procuraduría en un comunicado. “Los oficiales repelen la agresión con sus armas de cargo por lo que el agresor cae abatido”, dijo.
“La pretensión es determinar la responsabilidad que pueda resultar de quién o quiénes hayan efectuado los disparos”. GERARDO MÁRQUEZ GUEVARA, FISCAL GENERAL DEL ESTADO
“Las autoridades mexicanas deben tratar a las personas migrantes y sus familias con humanidad, no perseguirlos o dispararles”. ÉRIKA GUEVARA-ROSAS, DIRECTORA DE AI PARA LAS AMÉRICAS
LA FISCALÍA DEL ESTADO DE COAHUILA DIJO QUE LOS AGENTES INVOLUCRADOS ESTABAN INVESTIGANDO UN CASO DE NARCOMENUDEO. EL ALBERGUE DE SALTILLO, POR SU PARTE, NEGÓ QUE LOS MIGRANTES PUDIERAN LLEVAR DROGAS O ARMAS PORQUE SON REVISADOS ANTES DE PODER ENTRAR AL REFUGIO.
El albergue agregó que las autoridades separaron a una niña de dos años de su madre durante el operativo. El gobierno federal dijo en un comunicado que ni la policía federal ni agentes de inmigración participaron en el operativo del miércoles.
Pero testigos y la Casa del Migrante de Saltillo reprocharon la cruda represión de los agentes mexicanos en contra de los migrantes. “Con profunda y absoluta indignación, rechazo y desprecio a la política migratoria mexicana”, dijo la organización en un comunicado, en el que decía que el fallecido era salvadoreño y había sido asesinado ante su hija de ocho años.
En tanto, el gobierno de Coahuila señaló en otro comunicado que se investiga la muerte del migrante. El fiscal también dijo en conferencia de prensa que se investigará hasta dar con la persona que disparó contra el migrante y se le llevará a la justicia.
Agregó que la menor está a salvo y bajo la custodia de servicios infantiles.
Aunque no es la primera vez que los migrantes centroamericanos han tenido enfrentamientos con la policía mexicana, particularmente en la frontera sur, no había habido ninguna confrontación armada en los últimos años.
María Zenaida Escobar Cerritos, de 19 años, murió abatida por policías en Veracruz, cuando dispararon contra un camión que no paró en un retén. En el vehículo, traficantes de personas transportaban a un grupo de indocumentados.
El grupo defensor de derechos humanos Amnistía Internacional condenó el incidente en Saltillo y pidió una investigación exhaustiva. Señaló que el albergue donde el grupo estaba revisa a los migrantes y sus pertenencias en busca de armas antes de permitirles quedarse ahí.
En los últimos meses, el gobierno mexicano ha tomado medidas enérgicas contra los migrantes que cruzan el país para llegar a la frontera con Estados Unidos, incluyendo redadas en hoteles, autobuses y trenes.