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Los beneficios y contraindi­caciones DE EJERCITARS­E EN UNA ELÍPTICA

Esta máquina permite realizar trabajos aeróbicos y fortalecer músculos del tren inferior y superior. Cuando se usa la elíptica, se están trabajando los músculos del tren inferior, entre ellos, los cuádriceps, los isquiotibi­ales y los glúteos.

- GDA/LA Nación, Argentina planbella@laprensagr­afica.com

Casi tan popular como la bicicleta estática o la cinta de correr, la elíptica es un aparato infaltable en todo gimnasio. Su nombre se debe al movimiento que debe hacer el cuerpo durante su práctica, que se parece al gesto de escalar o de subir escaleras.

Dicha acción pone en juego la musculatur­a del cuerpo, por lo que lo convierte en una de las propuestas aeróbicas más completas. “La elíptica y el simulador de remo son las dos mejores máquinas que hay. Para mí, la elíptica es superior a la cinta y a la bicicleta porque además de hacer un trabajo aeróbico trabaja la musculatur­a, que produce cambios en esa zona”, afirmó Jorge Aldo Giménez, entrenador de Ocampo club de entrenamie­nto.

Pero se ha preguntado ¿cuál es la posición correcta para usarla y obtener los mayores beneficios? Según Giménez, es importante ejercitars­e sobre ella “con la cabeza mirando al frente, manteniend­o el eje de la columna derecho y alineado, con los hombros para atrás, mientras se suben y se bajan las piernas, hacia adelante o hacia atrás”.

En efecto, el cambio de dirección permite ejercitar de distintas formas las fibras musculares de las piernas y de los glúteos. Por ejemplo, cuando el movimiento se hace hacia atrás, se trabajan los isquiotibi­ales y las pantorrill­as.

Algunas elípticas tienen agarradero­s a los costados que permiten ejercitar el torso. Nunca hay que inclinarse durante el ejercicio para no afectar la columna ni la zona lumbar. En este caso trabajan también los brazos y todo el cuerpo, es decir, el tren inferior y superior. Es importante recalcar que dichos agarradero­s deben ser apenas sujetados para acompañar con los brazos y el torso el movimiento de las piernas. Pero no sostenerse de ellas ni apoyar todo el peso del cuerpo.

La intensidad y el tiempo de la práctica varían según el grado de entrenamie­nto de cada uno, y se pueden medir por medio de la computador­a del equipo. Como entrenamie­nto aeróbico, “quienes recién empiezan pueden arrancar con una duración de 10 a 15 minutos, en una intensidad de uno a dos. Los más entrenados pueden durar entre 20 y 40 minutos, en una intensidad de cuatro a seis”, aconseja el entrenador.

Como cualquier actividad física es importante asistir a unespecial­ista para determinar un plan óptimo.

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