La Prensa Grafica

Domingo 19º del TO. San Lucas 12. 32-48. Ciclo C.

-

Señor, con qué cariño, sencillez y paternidad tratas a los tuyos. “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino”. Ahí se deja ver el cariño, el cuidado, la cercanía con que nos tratas a nosotros, y el gran regalo que nos ofreces, darnos el Reino. Me llamas a acumular en el cielo un tesoro que no se acaba, que mi corazón me lleve a poseer este gran tesoro, y que lo cuide como a las niñas de mis ojos, este tesoro eres Tú, mi fe, mi familia.

Me invitas a estar listo, ceñido, con las lámparas encendidas y con la túnica puesta, como buen cristiano, tengo que estar en vela, esperando que regreses de la boda, para abrirte, pues como bien nos dices, que estemos preparados, porque en el tiempo en que menos lo piense, vendrás.

Señor, me prometes y me enseñas una de tus grandes revelacion­es, si me encuentras en vela, dichoso de mí, te recogerás la túnica, me harás sentar a la mesa y tú mismo me servirás, así es tu Reinado, Señor, qué bien lo dijiste, “que no habías venido a ser servido, sino a servir”.

Soy el administra­dor y me das el encargo de repartir Tu alimento, Señor que cuando llegue me encuentres cumpliendo con mi deber, que no me confíe, que no piense, “mi amo tardará en llegar”, por lo tanto me puedo permitir tratar mal a los empleados, a comer, a beber. Cuidado, que el día menos pensado y a la hora más inesperada, llegará el amo y me dará mi castigo.

Señor, en este evangelio, me invitas y enseñas a ser un hombre responsabl­e, que cumpla con mis deberes, que conociendo tu Voluntad, me exija, para dar lo mejor de mí, que no me exponga a faltar ni a fallarte. Que siempre esté vigilante, como el buen centinela, para cuidar y proteger mi patrimonio humano y espiritual, y así sea digno de ti. Que no me duerma en los laureles y luche por conquistar todo aquello que día a día me vas enviando.

Mi propósito es ser justo y equilibrad­o, hacer las cosas por convicción y no porque me vean, hacer bien y con perfección lo que Dios me pide, con la intenciona­lidad última. EL CIELO.

Mis queridos niños, hoy Jesús nos enseña que nos ha dado un tesoro, ese tesoro es mi fe en el Cielo. Me pide que la administre haciendo buenas obras, agradecien­do a Dios todos los días, agradándol­e en todo, siendo justo y noble con todas las personas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador