El retraso de aranceles a China: un tímido “mea culpa” de Trump
Las tarifas tenían que entrar en vigor el próximo 1.º de septiembre.
El retraso en la aplicación de la subida arancelaria a ciertos productos chinos ha supuesto la primera vez que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha reconocido públicamente que los gravámenes podrían “impactar” a los ciudadanos de su país, algo que hasta ahora había negado rotundamente.
“Es el primer reconocimiento por parte de la Administración de Trump de que los aranceles del presidente están perjudicando a los consumidores”, señaló ayer a Efe Doug Barry, portavoz del Consejo de Negocios Estados Unidos-china, que engloba a las compañías estadounidenses con intereses en el mercado del gigante asiático.
Para la asociación empresarial, esta demora “parece estar motivada por el deseo de evitar afectar a los consumidores durante la temporada de compras navideñas”, una teoría que el propio Trump ha defendido en declaraciones a los periodistas.
“Estamos haciendo esto para la temporada navideña, en caso de que algunos de los aranceles tengan un impacto en los clientes estadounidenses, que, hasta ahora, prácticamente no ha tenido ninguno”, reflexionó Trump este martes después del anuncio de la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR, en sus siglas en inglés).
El Gobierno estadounidense anunció este martes que decidió retrasar hasta el 15 de diciembre parte de la subida de aranceles del 10 % a productos chinos por valor de $300,000 millones.