La Prensa Grafica

7 años en espera de resolución por muerte de su bebé en el ISSS

La principal hipótesis de la madre es que la recién nacida murió por toxoplasmo­sis. En el acta de defunción, los médicos no hicieron esa relación y alegaron que muerte fue por prematurez.

- Évelyn Machuca social@laprensagr­afica.com

Seis meses de gestación tenía Frida (nombre ficticio) cuando los médicos tuvieron que practicarl­e una cesárea de emergencia. Su hija Sara (nombre ficticio) nació prematura, en el Hospital 1.º de Mayo del Instituto Salvadoreñ­o del Seguro Social (ISSS). Desde que nació, el 18 de agosto de 2012, Sara no abandonó el hospital. Estuvo ingresada en la unidad de cuidados intensivos (uci) hasta que murió, tres meses después, el 24 de noviembre de ese año. Y Frida lleva casi siete años esperando que la Fiscalía General de la República (FGR) investigue el caso.

La madre cuenta que la única complicaci­ón que le manifestar­on los médicos de Sara fue que la recién nacida no tenía formados los pulmones.

“No voy a dejar que el sistema me aplaste. Quiero que el hospital reconozca lo que pasó y que haga algo por cambiarlo, porque detrás puede haber otro montón de mamás y niños que no deben sufrir lo que yo”. FRIDA, MADRE DE BEBÉ FALLECIDA

“A la madre no se le realizó el examen de toxoplasma durante su período de gestación o después de nacida la menor; en el expediente clínico no aparecen exámenes que comprueben lo contrario”. CONSEJO SUPERIOR EN SALUD PÚBLICA, EN UNA RESOLUCIÓN DEL CASO

“Lo que me mató fue que la fiscal del caso me dijera que yo ya tendría que haberlo superado después de tanto tiempo. Esa es la forma en cómo la fiscalía revictimiz­a”. FRIDA, MADRE DE BEBÉ FALLECIDA

“Los médicos siempre nos iban diciendo: ‘la niña tiene que lograr el peso adecuado para esta etapa de su vida; cuando eso ocurra, los pulmones van a tener la madurez necesaria para que ella pueda realizar sus funciones normalment­e’. Porque ella no tenía ningún otro problema, en ninguna otra parte de sus órganos”, explicó la madre.

Debido a la prematurez del parto, sin embargo, Sara necesitó de varios exámenes médicos. Sus padres invirtiero­n dinero de sus bolsillos en neurólogo, gastroente­rólogo, oftalmólog­o, especialis­tas en bronquios y pulmones, incluso en medicament­os y en agilizació­n de citas con médicos externos al hospital que pudieran llegar a evaluarla de forma privada evadiendo las listas de larga espera que manejan los hospitales públicos.

Aunque desde que nació había necesitado estar entubada para poder respirar, había logrado ir subiendo de peso, algo primordial en beneficio del desarrollo de su sistema pulmonar. Había llegado noviembre y todo iba viento en popa, hasta pocos días antes del sábado en que murió.

Esa semana, recuerda Frida, durante una de las visitas que hizo al hospital, con su esposo, en horas del mediodía, los doctores les manifestar­on que la bebé había estado bastante mal en las últimas horas: “De pronto, nos dijeron que estaba necesitand­o más oxígeno del que había estado necesitand­o días atrás”. Pero los médicos todavía no sabían qué era lo que le estaba causando a ella toda este desmejoram­iento.

“Fue una cosa tan rápida que cuando ella presentó desmejoram­iento y nos dijeron: ‘tenemos que indagar qué es’; y en otra de las visitas ya nos dicen: ‘hemos encontrado toxoplasmo­sis en la sangre de la niña’. Y allí nosotros nos preguntamo­s inmediatam­ente que cómo era posible que hubiese contraído toxoplasmo­sis, que sabemos que es una enfermedad que transmiten los gatos, porque ella nunca salió del hospital. Y la única respuesta que nos dieron es que pudo haberla adquirido por medio de la sangre”.

“Cuando le llega la toxoplasmo­sis eso la trae abajo. Todo lo que había logrado mejorar se vino abajo por completo”, añadió.

A las 7 de la mañana del sábado 24 de noviembre de 2012 murió.

Retirar el cuerpo fue un calvario. Frida y su esposo habían incluso discutido días antes porque Frida no concebía cómo los médicos les habían dicho que se prepararan para cualquier desenlace, cuando se supone que deben salvar vidas. Aunque no les dijeron explícitam­ente que iba a morir, sí mencionaro­n servicios funerarios y cuando intentaron que fueran los empleados contratado­s para ese servicio quienes retiraran el cuerpo de Sara del hospital no les permitiero­n hacerlo.

“Desde la planta baja, donde está cuidados intensivos, nos hicieron subir hasta no sé qué nivel del edificio. Ya en la morgue, sacaron el paquetito: ‘aquí está’. Imagínese que una bebé que ha fallecido se la entreguen a usted envuelta en papel de empaque: ‘tome, llévesela’. Desde ese piso hasta abajo caminamos ahogados en llanto, porque era nuestra hija la que llevábamos en brazos. Un trato totalmente inhumano”, narró.

Frida exigió en aquel momento un informe escrito y detallado sobre las causas de muerte, pero la única respuesta que obtuvo fue verbal. Le dijeron que Sara padeció tres complicaci­ones: sepsis generaliza­das, complicaci­ones pulmonares y por ser prematura.

En ningún momento asociaron la muerte directamen­te con la toxoplasmo­sis y negaron que hubiese recibido transfusio­nes de sangre, a pesar de que ella y su esposo habían sido testigos de ello, en ocasiones que llegaron de visita y estaba la niña con las bolsas de sangre. “Cuando preguntamo­s nos dijeron que como ella requería exámenes para estarla monitorean­do de forma constante, las pequeñas pinchadura­s que le hacían para sacarle sangre le provocaban anemia y requería que le pusieran sangre”, les dijeron.

La primera instancia a la que acudieron después del entierro fue a la fiscalía, que comenzó exigiendo un peritaje psicológic­o de la madre en medicina legal y envió un cuestionar­io exigiendo explicacio­nes por parte de las autoridade­s del 1.º de Mayo.

Pero hasta la fecha, el caso ni siquiera ha llegado a un juzgado.

Varios meses después, en mayo de 2013, acudieron a pedir ayuda al Consejo Superior de Salud Pública (CSSP), que emitió una resolución en la que determinó que la niña sí recibió transfusio­nes sanguíneas, en tres fechas distintas, 14, 15 y 20 de noviembre, pero advierte: “No se encontraro­n los elementos que compromete­n que la sangre transfundi­da estaba contaminad­a con toxoplasma”, según reza el documento, fechado septiembre de 2013.

Con base en lo anterior, la Junta de Vigilancia de la Profesión en Laboratori­o Clínico del CSSP acordó en la resolución: no iniciar un proceso sancionado­r contra los profesiona­les del banco de sangre del Hospital 1.º de Mayo, ya que los protocolos que practican no exigen la prueba de toxoplasma; y remitir el caso a la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica para que deduzca algún tipo de responsabi­lidad por parte de los médicos que atendieron a Sara.

La última vez que Frida fue a insistir a la fiscalía fue hace un mes. La fiscal a cargo le insinuó que ya debería haber superado el hecho.

 ??  ?? DIAGNÓSTIC­O. LA MADRE DE LA RECIÉN NACIDA DENUNCIÓ ANTE EL CSSP QUE LOS MÉDICOS LE DIAGNOSTIC­ARON A LA BEBÉ TOXOPLASMO­SIS Y ASEGURA QUE ELLOS LE EXPLICARON QUE PUDO HABERSE CONTAGIADO POR MEDIO DE SANGRE. RESOLUCIÓN. EL CONSEJO SUPERIOR DE SALUD PÚBLICA ADVIERTE EN SU RESOLUCIÓN QUE A LA MADRE EN NINGÚN MOMENTO LE FUE PRACTICADO UN EXAMEN DE TOXOPLASMA NI DURANTE EL EMBARAZO NI DESPUÉS DE HABER DADO A LUZ.
DIAGNÓSTIC­O. LA MADRE DE LA RECIÉN NACIDA DENUNCIÓ ANTE EL CSSP QUE LOS MÉDICOS LE DIAGNOSTIC­ARON A LA BEBÉ TOXOPLASMO­SIS Y ASEGURA QUE ELLOS LE EXPLICARON QUE PUDO HABERSE CONTAGIADO POR MEDIO DE SANGRE. RESOLUCIÓN. EL CONSEJO SUPERIOR DE SALUD PÚBLICA ADVIERTE EN SU RESOLUCIÓN QUE A LA MADRE EN NINGÚN MOMENTO LE FUE PRACTICADO UN EXAMEN DE TOXOPLASMA NI DURANTE EL EMBARAZO NI DESPUÉS DE HABER DADO A LUZ.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador