El actor californiano habló sobre su dificultad para abrirse a los demás,
2017
Me he dado cuenta de que a la gente le importa mucho menos la interacción conmigo que el hecho de documentar esa interacción. Es como si nos estuviésemos perdiendo el regalo de simplemente hablar los unos con los otros, la gente solo quiere una foto y me siento decepcionado. Se me acercan, me piden hacerse una foto y cuando les digo “hola, ¿qué tal? ¿cómo te llamas?” resulta que ya no están tan interesados
CREES QUE “BROKEBACK MOUNTAIN” NO CAMBIÓ LA CULTURA, SINO LA CULTURA ESTABA ESPERÁNDOLA. ¿TE RECOMENDÓ ALGUIEN QUE NO ACEPTARAS?
Nadie de mi círculo cercano, profesional o personal, me aconsejó que no hiciese esa película. Pero sí hubo algunos que me indicaron que quizá no fuese una elección adecuada o el camino correcto para mí, porque tenía otras opciones entre las que elegir en aquel momento. Algunas personas consideraban que yo debería hacer cualquiera de esos otros papeles excepto (“Brokeback mountain”) y curiosamente ninguno de aquellos otros proyectos acabaron rodándose.
¿TUVISTE DUDAS?
Para mí nunca hubo dudas. No sé si es por mi educación y por el mundo en el que crecí, tuve la suerte de asistir a una escuela muy progresista donde varios de mis profesores eran gays. Nunca lo cuestioné, veía hombres casados con hombres y mujeres casadas con mujeres y nunca le di la menor importancia. Por supuesto, al ser un hombre hetero, me intimidaba la idea de rodar las escenas más físicas. Me preguntaba cómo saldrían y hubo momentos incómodos. Pero a la vez sabía que estábamos contando una historia sobre el amor que significaba mucho para mí y eso era, para mí, más importante que ninguna otra cosa. Lo sigue siendo.
Me aterrorizan el amor, la intimidad y mantener relaciones profundas, te lo digo con sinceridad, pero soy consciente de que mi vida no vale nada sin esas conexiones. Así que esas son las historias que quiero contar.