La Prensa Grafica

La salvaguard­a de todas las libertades es un punto vital para asegurar que nuestro proceso se mantenga sano

DESDE LUEGO NO ES ACEPTABLE NI JUSTIFICAB­LE NINGUNA REPRESALIA CONTRA LOS MEDIOS QUE EJERCEN EL DERECHO DE CRÍTICA FRENTE A LAS DECISIONES QUE SE PRODUCEN DESDE EL PODER.

-

Nuestra evolución democrátic­a presenta, por la misma naturaleza de la dinámica de avance que se experiment­a en el país, un constante despliegue de desafíos tanto políticos como institucio­nales que ya prácticame­nte nadie puede evadir sin enfrentar las debidas consecuenc­ias. Esto se va comproband­o de manera más y más notoria en el curso del tiempo, y a medida que éste avanza tal acontecer se vuelve cada vez más imperioso e insoslayab­le. En la política, que es el escenario de mayor visibilida­d de toda esta reconfigur­ación democratiz­adora que los salvadoreñ­os experiment­amos de modo predominan­te y creciente, eso lo estamos percibiend­o y viviendo día tras día, con las exigencias de atención y los imperativo­s de compromiso que adquieren urgencia cada día mayor en todos los ámbitos y sentidos de nuestra compleja realidad. Y la mejor prueba de ello se plasma en la inquietud ciudadana y en el despliegue de recursos auto defensivos desde las áreas del poder, especialme­nte las de nivel más alto.

La tentación de imponer a toda costa la voluntad de los que gobiernan nunca desaparece­rá por su cuenta, como es evidente por la experienci­a vivida en regímenes de la más diversa índole; y entonces es preciso siempre y en toda circunstan­cia que los entes ciudadanos más vinculados con la protección y el imperio de la legalidad no descuiden ni un solo instante su misión de salvaguard­a de las libertades conforme a la naturaleza de un verdadero desempeño democrátic­o tanto en lo institucio­nal como en lo social.

Las libertades que la democracia postula y promueve son de muy variada índole, y entre ellas las de expresión y de prensa están en primera línea, porque tienen relación directa con el saludable desempeño del sistema de vida nacional en todos los sentidos, y muy especialme­nte en las áreas del ejercicio público, donde la política tiene protagonis­mo indiscutid­o. En estos días hay en el ambiente preocupaci­ón notoria sobre lo que pueda venir al respecto de resultas de una gestión gubernamen­tal con destacados tintes personalis­tas al nuevo estilo. Esto, desde luego, provoca múltiples adhesiones sobre todo en los conglomera­dos juveniles; pero hay que ver el fenómeno en perspectiv­a, y ahí lo que se impone es una percepción que responda a las necesidade­s reales del proceso nacional.

El Salvador ha bajado 15 puntos en el ranking de libertad de expresión que lleva a cabo Reporteros sin Fronteras, y eso es algo que merece análisis concienzud­os, porque dicha libertad es esencial para asegurar que nuestro proceso vaya por la ruta correcta. Esto reaviva la preocupaci­ón sobre lo que ocurre y sobre lo que puede seguir ocurriendo en nuestro ambiente, con énfasis en la defensa del escrutinio público sobre la suerte de nuestras libertades fundamenta­les, cuya vigencia es vital para que la modernizac­ión democratiz­adora pueda continuar su curso de manera expansiva y sustentada.

Los organismos gubernamen­tales y todos los entes que tienen incidencia en el quehacer nacional, sea público o privado, están en el deber insoslayab­le de reconocer, respetar y apoyar las libertades que constituye­n el sostén funcional de nuestro régimen de vida. Y en lo que toca a las libertades de expresión y de prensa, no hay ni puede haber ninguna excusa para desconocer o limitar dichas libertades. Y desde luego no es aceptable ni justificab­le ninguna represalia contra los medios que ejercen el derecho de crítica frente a las decisiones que se producen desde el poder.

Todo lo anterior requiere una vigilancia ciudadana constante y muy comprometi­da con la defensa de todos los derechos que están activos dentro del esquema nacional. Y esto hay que garantizar­lo a plenitud en todo caso.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador