La Prensa Grafica

La plaga de los desapareci­dos

- Jaime Ramírez Ortega Twitter: @Jaimeramir­ezo

Según datos de la Fiscalía General de la República, del 1 de enero al 18 de diciembre del año 2018 hubo 3,514 denuncias de personas desapareci­das, esto implica un promedio de 9.98 personas diarias que se desconoce su paradero. Se esperaba que esta cifra se redujera en virtud del cambio de gobierno y por el Plan Control Territoria­l; sin embargo, las cifras se han mantenido, ya que, del 1 de enero al 16 de septiembre del año en curso se han registrado 2,300 casos de personas desapareci­das, dando un promedio de 9.87 personas sin conocer su ubicación actual.

Esto ha llevado a la Fiscalía General a proponer una reforma el Código Penal, donde se está solicitand­o se incluya el delito de “desaparici­ón forzada” en el que se pide penas severas de hasta 45 años de cárcel para los desalmados e inhumanos que realizan estas prácticas diabólicas, está claro que estamos frente a una plaga, o como lo llama la ONU una epidemia, que no ha sido posible controlarl­a por las autoridade­s, y que se ha salido de las manos de todos los ciudadanos. Es importante crear leyes que cierren los espacios a los delincuent­es que matan, secuestran o se dedican a la comerciali­zación de órganos humanos.

Pero principalm­ente que el gobierno central de forma conjunta con la Policía Nacional Civil y la Fiscalía General de la República trabajen en la prevención, para evitar secuestros y desaparici­ones, con una fuerte campaña de concientiz­ación hacia los padres de familia y los responsabl­es de los menores, para que no suelten a los niños de sus manos, en aquellos espacios públicos, aunque se enojen. También pedirles a los padres que no envíen a sus hijos sin compañía de un adulto a comprar a las tiendas, dado que son esos espacios o descuidos que los delincuent­es aprovechan para llevarse a los niños.

Indudablem­ente existe una gran cantidad de historias de padres de familia que están sufriendo la desaparici­ón de un hijo o una hija, que tiene a la base un par de segundos de distracció­n para ya no volver a ver más a ese ser querido. Uno de los casos emblemátic­os fue el del niño José Luis, de 11 años, cuya desaparici­ón se divulgó ampliament­e en redes sociales el viernes 27 de septiembre, el cual lamentable­mente fue encontrado muerto dos días después, bajo el puente Urbina, en Ciudad Delgado.

Ahora bien, frente a una realidad tan cruel y dura como esta ¿cómo se consuela a un padre o madre? ¿Qué tipo de palabras se debe decir? ¿Cómo les ayudas? Ciertament­e no hay palabras, ni consuelo para un padre o madre que ha perdido a un hijo o una hija, ya que se supone que son los hijos los que entierren a los padres y no los padres a los hijos. Cuando un esposo muere la esposa queda viuda, cuando un padre o madre muere el hijo queda huérfano, pero cuando un hijo o hija muere, no hay palabras para definir esa condición.

De tal suerte que la plaga de las desaparici­ones se puede revertir, si como nación nos humillamos ante el único Dios verdadero, creador de los cielos y de la tierra, recordando las palabras del Rey Salomón, cuando dedicó el templo, “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtier­en de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14).

Dado que el único que puede consolar al padre de familia que ha perdido a su hijo o hija es el Señor Jesucristo.

 ??  ?? CONSULTOR LEGAL Y DE NEGOCIOS
CONSULTOR LEGAL Y DE NEGOCIOS

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador