En este momento de nuestra evolución se impone la conjunción de tres elementos básicos: realismo, creatividad e interacción
De seguro, los salvadoreños no hemos tenido antes ninguna apertura de oportunidades como la que se ha puesto a nuestra disposición a consecuencia del fenómeno globalizador que ha venido tomando posesión de la realidad mundial desde comienzos de los años 90 del pasado siglo, es decir desde hace ya casi 30 años. Todo esto se va plasmando en un cambio cuya naturaleza tampoco tiene precedentes, porque no se basa en movimientos políticos ni en resultados bélicos, como se acostumbraba desde siempre, sino que ahora lo que se da es una especie de brote generalizado de opciones y expansiones de gran originalidad histórica, que ha tomado a todo el mundo por sorpresa, aun a aquéllos que parecían llamados a ser los anticipadores de las grandes novedades evolutivas.
Nos hallamos, pues, ante una ventana de posibilidades que es al mismo tiempo un vitral de expectativas. Esta doble condición es en verdad lo común en el desenvolvimiento humano, pero lo que hoy le da a tal acontecer esta marca de identidad nunca antes conocida es el hecho de que se refiera al género humano en su conjunto. La globalización tiene, como característica expresa, ser un motor expansivo que traspasa fronteras, y sobre todo aquellas que han sido montadas como estructuras artificiosas al servicio del poder. Nos referimos a fronteras como las que erigió la bipolaridad al más alto nivel, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945.
De entonces hasta la fecha, los habitantes planetarios hemos venido viviendo una aceleración creciente, hasta llegar al momento actual, en el que todo impulsa hacia un replanteamiento de las dinámicas y de las relaciones en los más diversos ámbitos de la convivencia y del desarrollo. Puestos en este plano, es evidente que la problemática actual requiere y exige un tratamiento que corresponda y responda a los desafíos inherentes a dicha problemática. Estamos en un mundo en el que proliferan las fantasías peligrosas, y por eso urge el REALISMO. Vivimos un azote de novedades que hacen obsoleto casi todo lo que funcionó en el pasado, aun el más reciente, y por eso es insoslayable la CREATIVIDAD. Todos los atrincheramientos y encastillamientos tradicionales padecen deterioro terminal, y por eso la INTERACCIÓN se vuelve el único método factible de aquí en adelante.
REALISMO: porque si no se ven las cosas como realmente son ahora mismo y como se anuncia con toda claridad que van a seguir siendo, y si no se tratan a partir de tal enfoque sincero y sensato, lo que se avecina es cada vez más descontrol y lo que consecuentemente va a prevalecer es la ineficiencia que prolifera por todos lados. CREATIVIDAD: ya que el mecanismo de valoración y de progresión que más viene prevaleciendo es el que se acomoda de manera sumisa a las formas y a los esquemas tradicionales, que a todas luces van quedando al margen, lo cual demanda replanteárselo todo con instrumental de avanzada. INTERACCIÓN: que actúe como dinamismo capaz de rehabilitar y remozar las prácticas de tratamiento de los problemas y de los proyectos en curso, para desde ahí mover constructivamente todas las piezas del rompecabezas nacional, regional y global, tal como se hace indispensable para funcionar de veras en el presente y de cara al futuro. La evolución nunca se detiene, aunque haya momentos y circunstancias en que su avance se haga más accidentado y complejo. En este momento y en esta circunstancia lo que tenemos todos como tarea por resolver es un desafío de funcionalidad extrema, al que hay que ponerle no sólo la atención debida sino, sobre todo, aplicarle el método preciso. Como es claro sin alternativas válidas, hoy todos encaramos el compromiso de participación a fondo en las tareas de la evolución, que tienen como escenario íntimamente compartido desde las aldeas hasta las metrópolis, desde las ideas hasta los oficios, en los cuatro puntos cardinales de la realidad geográfica y humana. Y si bien se ven y se viven a diario las dificultades de cumplir con esta agenda actual, también es notorio que se va abriendo paso la conciencia de que no quedan evasivas seguras y sostenibles. Hay que responderle al tiempo para responderle a la vida.
LA EVOLUCIÓN NUNCA SE DETIENE, AUNQUE HAYA MOMENTOS Y CIRCUNSTANCIAS EN QUE SU AVANCE SE HAGA MÁS ACCIDENTADO Y COMPLEJO.