Si camina más despacio puede envejecer más rápido
quienes caminan más rápido a esas edades”, anotó Terrie Moffitt, profesora de psicología de Duke y de desarrollo social en Kings College London.
Lo notable del estudio es que “encontró que caminar despacio es una señal de problemas aún décadas antes de la vejez”, agregó Moffitt, autora senior de la investigación.
Así, en la más reciente evaluación de los participantes, entre abril de 2017 y abril de 2019, las pruebas de tomografía cerebral computerizada (MRI) mostraron que quienes caminan más lentamente tienden a tener un volumen cerebral menor.
Este menor volumen significa una corteza cerebral más delgada, menos superficie de cerebro y una mayor incidencia de pequeñas lesiones asociadas con enfermedades de los vasos cerebrales en la “materia blanca”, el tejido que afecta activamente la forma cómo aprende y funciona el cerebro.
“En resumen, sus cerebros parecen algo más viejos”, anotó el informe.
Adicionalmente, los caminantes más lentos lucían más avejentados para un panel de ocho evaluadores que analizaron la “edad facial” en fotografías de cada participante.
Aunque algunas de las diferencias en salud y habilidades de conocimiento pueden estar ligadas a decisiones de estilo de vida, el estudio también sugiere que hay signos “en edades tempranas que pueden identificar aquellos que caminarán más lento” en su etapa adulta.