Crisis climática arrasa cultivos, ríos y ganado en C. A.
La entrada tardía de las lluvias en 2018 arruinó el 70 % de la primera cosecha en esta zona, y las lluvias dañaron el 50 % de la segunda recolección.
Cultivos arrasados, ríos secos, lluvias torrenciales, migración. Ese es el paisaje que ha dejado en los últimos años la crisis climática en Centroamérica, donde están dos de los 10 países más afectados en el mundo entre 1998 y 2017: Honduras y Nicaragua.
La gran mayoría de los cerca de 50 millones de habitantes de América Central son pobres. Una parte de ellos vive en áreas rurales y solo come lo que produce, generalmente maíz y fríjol, en lo se llama agricultura de subsistencia.
Esta se ha llevado históricamente a cabo con malas prácticas, que incluyen la desforestación, cuyas consecuencias se han agravado con la crisis climática.
De allí el impacto tan fuerte que tienen la extrema sequía y las lluvias torrenciales derivadas de la crisis climática que han afectado a toda la subregión y en especial al Corredor Seco, una extensión en el litoral Pacífico donde viven unos 10 millones de personas a lo largo de El Salvador, Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
La ONU dijo que el 82 % de las familias que viven en el Corredor vendieron este año los animales y herramientas que tenían para comprar alimentos y muchas decidieron migrar a otros países.
“Las situaciones recurrentes de inseguridad alimentaria no son nuevas” en Centroamérica, donde la subalimentación registra prevalencias del 15 % en Guatemala, del 12 % en Honduras y del 9 % en El Salvador, y ya se habla de una vinculación entre las caravanas migrantes hacia el norte de América y los efectos de la crisis climática, dijo a Efe el Oficial de Seguridad Alimentaria y Nutricional de FAO para la región, Ricardo Rapallo.
En Honduras, ríos secos y vacas famélicas o muertas son imágenes que Efe constató en comunidades rurales, el segundo país del mundo más afectado por eventos climáticos extremos (66) entre 1998 y 2017.
EN NUESTRO PAÍS
En el 2018 y en plena época lluviosa, El Salvador vivió una de las peores sequías de su historia, con la consecuente pérdida de 2,13 millones de quintales de maíz, básico de la dieta local. El desbordamiento de ríos por las torrenciales lluvias hicieron que más de 1,200 familias perdieran en Tecoluca, San Vicente, sus cultivos de supervivencia.
Pobladores de la comunidad Las Anonas, al sur de Tecoluca, describieron que en la próxima época seca tendrán problemas para conseguir alimentos por las pérdidas de sus cultivos y tendrán que trabajar en la zafra de la caña.
Mientras, la canícula (período más caluroso del año) sufrida en la temporada de lluvias en Guatemala este 2019 ha sido la menor de los últimos tres años debido a las depresiones tropicales y una planificación preventiva del Gobierno y la ONU, dijo a Efe la FAO.
Pese a que las primeras lluvias del año se retrasaron un mes y medio, al presentarse a mediados junio pasado, una depresión tropical “salvó” la temporada que se preveía como una de las más secas de los últimos tiempos.
La FAO reconoció que un 20 % de agricultores se verían afectados en los municipios ubicados en el Corredor Seco, donde no hay precipitaciones regulares.