El mundo necesita paz y armonía, y es hora de globalizar de veras dichas cuestiones claves para todos
El influjo propio de estos días navideños tiende a ponernos a todos los seres humanos en posición perceptiva de lo esencial de nuestra naturaleza, lo cual hace que estemos ahora mismo mucho más propensos a reconocer nuestros desafíos actuales, en concordancia con las oportunidades que también nos trae este preciso momento de la evolución global y nacional. No dejemos pasar, entonces, las pocas horas que la coyuntura abre para ello, como si se tratara de una simple fiesta muy semejante a otras, y dediquemos al menos unos cuantos momentos a reflexionar sobre lo que toca hacer y superar en este mundo que está cada vez más a disposición de todos, con sus contrastes, sus peligros, sus disfuncionalidades y sus extravíos. Hoy más que nunca se necesita tomar conciencia de que la actualidad no es sólo una caja de sorpresas sino sobre todo una agenda de misiones por asumir y de compromisos por honrar.
Lo que se testimonia en estos días en los diversos ambientes que pueblan el mapamundi es una especie de desajuste generalizado, que tiene como una de sus causas principales el hecho de que la humanidad tiene que ir aprendiendo las claves y los mecanismos que ha puesto en marcha la globalización, en el entendido de que esta es una forma de ser y de actuar que no tiene precedentes conocidos. El mundo de nuestros días se abre a sí mismo, y los seres humanos tenemos que sumarnos indefectiblemente a dicha dinámica, superando viejos prejuicios separatistas y obsoletas fórmulas de coexistencia con barreras.
El Salvador está por primera vez a la vista del mundo, y el mundo está por primera vez a nuestro alcance como tal. Esto necesitamos visualizarlo de entrada para poder manejarlo en forma acorde con la naturaleza de los hechos presentes, que circulan constantemente a nuestro alrededor haciéndose sentir en todas nuestras expresiones de vida. Así, pues, hoy somos un actor más sobre el escenario global, y al incorporarnos al reparto universalizado tenemos que formar parte de los procesos abiertos por doquier dentro de la lógica transversal que impera como norma de vida sin excepciones ni exclusiones.
Puestos en esta perspectiva, las necesidades también
HOY MÁS QUE NUNCA SE NECESITA TOMAR CONCIENCIA DE QUE LA ACTUALIDAD NO ES SÓLO UNA CAJA DE SORPRESAS SINO SOBRE TODO UNA AGENDA DE MISIONES POR ASUMIR Y DE COMPROMISOS POR HONRAR.
se comparten, aunque desde luego las diferencias y los matices siempre estén presentes, porque si algo nos ha enseñado esta época es que todo tiene carácter multicolor, porque las coloraciones excluyentes, tan propias de la época de la ideologización extrema, ya quedaron en el pasado, cada día más remoto.
En esta fecha tan emblemática y tan inspiradora que es el 24 de diciembre, Nochebuena al pie de la Navidad, consideramos más oportuno que nunca hacer una invocación a la paz y un llamado a la armonía, ya que sin ellas la realidad se vuelve un conjunto de piezas sin acomodo y las aspiraciones humanas se pierden en la contradicción de los conflictos y en el vacío de las incomprensiones. La Navidad, que es una especie de manantial de frescuras humanizantes, debe servirnos como ejemplo insuperable de inspiración sin fin. Desde esta plataforma hagamos votos por que la armonía y la paz ganen presencia real en todas partes, y sobre todo en aquellas zonas y lugares donde están más ausentes.
Comprometámonos todos a que en nuestro país las tendencias armoniosas y las experiencias pacificadoras estén siempre en la primera línea del accionar nacional, y que pasen así definitivamente de las palabras a los hechos. En este día, de corazón les deseamos a todos nuestros compatriotas, en el lugar en que se encuentren, dentro o fuera de nuestras fronteras: ¡Feliz Navidad, y que Dios nos ampare a todos, ahora y siempre!