Bienestar Social entrega cien prótesis tibiales a pacientes
Fueron seleccionadas personas de toda la red hospitalaria nacional que necesitan rehabilitación.
Clara Villanueva toma las barras laterales y camina sobre la pequeña tarima de madera instalada en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO). Lo hace con dificultad y un poco de miedo, pero se anima y poco a poco logra llegar al otro extremo. Ella es una de las 100 personas que ayer recibieron una prótesis tibial que entregó Bienestar Social, del despacho presidencial de la primera dama de la República, Gabriela de Bukele, junto a la Fundación para el Desarrollo de El Salvador (FUNDESER).
Todos son pacientes de la red pública de hospitales, muchos de ellos tenían varios años dependiendo de muletas o sillas de ruedas para desplazarse.
“Marca un antes y un después en la vida de ellos, en la vida de sus familias y en la vida de sus comunidades porque a partir de ahora van a poder se integrar para hacer nuevas actividades”, dijo la coordinadora de Bienestar Social, Cristina de Gómez.
De Gómez aseguró que la primera dama desde antes de ser gobierno ya había mostrado mucho interés para apoyar a las personas con discapacidad y ahora se ve más potencializado.
El discurso de la coordinadora mantiene atentos a los beneficiados con las prótesis y los familiares que los acompañaron hasta CIFCO. Entre todos ellos está Villanueva, se dice feliz por haber recibido su prótesis, una que había buscado sin éxito por dos años.
Clara dice que padece de diabetes y esa es la razón de la amputación. Comenzó por un trozo de un dedo, pero el baño del Hospital Zacamil, “como están bien sucios”, contrajo una bacteria, que no pudieron controlar y llegaron hasta corta la pierna. Todo sucedió mientras estaba ingresada en este centro de salud, hace poco más de dos años.
“Ahorita se siente un poquito dura porque el muñón lleva dos años de estar solo guindado, sentí un poquito de dolor, pero cuando a uno le amputan un pie se familiariza con el dolor, tengo fe en que voy a poder manejarla”.
Para ella todo es con esfuerzo, como el que hizo su nieto para tratar de comprar una sin lograrlo por el costo. Cada prótesis tiene un costo de entre $900 y $1,000, por lo que muchos de los pacientes de la red hospitalaria pública no tienen acceso a estas.
De Gómez dijo que los trabajos de Bienestar Social continuarán articulados con el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI), el Ministerio de Salud, FUNDESER y otras instituciones para llegar a todo el país. Ayer personal de estas instituciones apoyaba a los pacientes en la colocación de las prótesis y el desplazamiento por las tarimas.
Como el de muchos, el sentimiento de Clara Villanueva es de agradecimiento, ahora viene la fase de adaptación, en la que deberá trabajar diariamente para lograr el pleno control de la prótesis. “Todo requiere un esfuerzo”, insiste.
La búsqueda terminó ayer en CIFCO para Clara: “Le doy gracias a Dios y a la señora primera Dama (Gabriela de Bukele) que ha promovido esto. Yo nunca tuve esperanzas de tener una prótesis. Mi nieto anduvo de allá para acá, las cotizó, pero vio que no podía”.