La Prensa Grafica

Testigo incrimina a policías en ingreso de ilícitos al Penalito

Inicia juicio contra ocho agentes, tres pandillero­s y un civil acusados de introducir objetos ilegales a bartolinas. Delito es castigado hasta con seis años de cárcel.

- Francisco Hernández judicial@laprensagr­afica.com

“La estructura cobraba entre $400 y $800, según lo que contuviera el paquete ingresado a las bartolinas”. FISCAL, DE ADMINISTRA­CIÓN DE JUSTICIA

Un testigo protegido confirmó ayer frente al Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador que ocho policías se asociaron con otros cuatro imputados para introducir drogas y celulares en las bartolinas de la Unidad de Servicios Extraordin­arios de la Policía Nacional Civil (PNC). Esas bartolinas están ubicadas en la calle Concepción, departamen­to San Salvador, y son conocidas como “el Penalito” o “la Naval”.

El testigo identifica­do con el seudónimo Dante relató al tribunal “las formas y los mecanismos que había para el ingreso” de ilícitos, dijo ayer un fiscal de la unidad de Administra­ción de Justicia, de la Fiscalía General de la República (FGR). Dante es un exmiembro de la supuesta estructura de tráfico de ilícitos que decidió colaborar con las investigac­iones a cambio de que la FGR le dé beneficios judiciales.

En total la Fiscalía acusa a ocho agentes policiales, incluido el subcomisio­nado Juan Armando Huezo Grande. Los fiscales reprochan al jefe policial que conocía las irregulari­dades de sus subalterno­s en las bartolinas, que estaban a su cargo, y no hizo nada para impedirlas ni denunció.

Los otros imputados son siete agentes, tres supuestos pandillero­s y un civil, confirmó una fiscal que habló bajo el anonimato. La Fiscalía les acusa el delito tráfico de objetos prohibidos en centros de detención o reeducativ­os, castigado con penas entre tres y seis años de cárcel, según el Código Penal.

Las investigac­iones sostienen que los policías cobraban desde $ 400 hasta $ 800 para ingresar chips, marihuana, celulares y cargadores de celulares, de acuerdo con un fiscal. “También se sacaba informació­n en las llamadas 'wilas. La estructura cobraba entre $400 y $800, según lo que contuviera el paquete ingresado. Esto siempre ha ocurrido lamentable­mente en los centros de detención del país”, agregó.

Todos fueron detenidos por las autoridade­s el 30 de agosto de 2017. La Fiscalía los acusó de tres delitos: introducir objetos prohibidos a centros penales, incumplimi­ento de deberes y agrupacion­es ilícitas. El

Juzgado Séptimo de Instrucció­n de San Salvador los exoneró de todo en febrero de 2019, pero una Cámara de lo Penal ordenó el juicio solo por la introducci­ón de ilícitos. Ahora el tribunal debe definir si la Fiscalía tiene suficiente­s pruebas para condenarlo­s.

Una abogada de los policías, que no se identificó, dijo ayer: “Es imposible que ellos participar­an, por eso han estado en libertad. Se logró demostrar que las fechas en que les atribuían a ellos (los delitos) estaban de licencia. (Dante) es un criteriado con interés personal”. Ayer declararon otros dos testigos más y el juicio sigue hoy.

“Es imposible que ellos (agentes) participar­an. En las fechas que les atribuyen (los delitos) ellos estaban de licencia”. ABOGADA, DEFENSORA DE POLICÍAS

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Libres. Los ocho policías enfrentan el proceso en libertad. Un tribunal va a definir si la Fiscalía logró recopilar suficiente­s pruebas para una condena, que podría ir desde los tres a los seis años en la cárcel.
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