Policía previene la violencia enseñando a elaborar hamacas
Imparten un taller en el que atiende a 60 personas de todas las edades, en el cantón Hualamá, del municipio de Chapeltique.
El policía Mario Ulises Arriaza Domínguez, tiene un año y medio de estar destacado en el en el municipio de Chapeltique, San Miguel, tiempo que ha dejado su huella en el trabajo comunitario, ya que desde el año pasado, enseña a personas de la Hacienda Tamera del cantón Hualamá a elaborar hamacas.
El agente, quien tiene 44 años y es originario de Morazán, dijo que a los 10 años su padre comenzó a enseñarle la elaboración de hamacas, por lo que desde esa edad recuerda que estuvo ligado a dicho oficio, el cual le ha permitido en la actualidad tener su negocio de venta de este tipo de productos, con lo que obtiene un ingreso extra para su familia.
El año pasado 40 personas aprendieron este oficio con su guía. Con fondos propios compró los materiales y obtuvo apoyo de la alcaldía de Chapeltique.
“La idea fue que quería sacar a las personas del crimen, que tengan un acercamiento con la Policía, que nos tengan confianza, erradicar la violencia en la zona”, expresó el agente, quien asegura que los índices delincuenciales se han reducido en los últimos meses en la zona.
El año pasado Arriaza enseñó en el centro escolar y este año la alcaldía ha puesto a su disposición la Hacienda Tamera, una vivienda donde atiende actualmente a 60 personas de la comunidad.
También está recibiendo el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) que le donó los materiales para el taller, y de las jefaturas policiales que lo han respaldado en la iniciativa que realiza.
“Mis jefes me han apoyado en esta acción que estoy haciendo. Este era un lugar conocido como el triángulo de la muerte, habían muchos homicidios y hoy ya no hay, la gente pasa ocupada en aspectos productivos”, explicó.
“Me siento muy útil porque lo he que aprendido por mis propios medios ahora lo puedo transmitir a otras personas”. MARIO ULISES ARRIAZA, AGENTE POLICIAL
El horario de enseñanza es por las tardes y cuando el policía se encuentra trabajando, por lo que cuando anda de licencia, las personas lo esperan hasta que regrese. Él es parte del Grupo de Apoyo Comunitario (GCAP) asignado al caserío.
Cuenta que del grupo de aprendices que atendió el año pasado, 20 se han dedicado de lleno al negocio de la elaboración y venta de hamacas, situación que lo llena de satisfacción y espera poder seguir con el proyecto.
Los que han acudido a aprender este año, son de diferentes edades y aunque aseguran que la elaboración de una hamaca requiere tiempo y mucha paciencia, esperan poder perfeccionar el oficio para poder comercializarlas.
“Tengo 15 días de estar aprendiendo, es de ponerle esmero, porque sino no se aprende nada. El agente nos ha explicado bien y me motivé para tener otros ingresos, si hacen encargos, vamos a vender las hamacas”, dijo Jaime Antonio Paz, uno de los asistentes al taller.
En el 2014 inició un proyecto similar en el municipio de Nueva Guadalupe, San Miguel, donde le enseñó a otras 40 personas, pero después fue trasladado hacia otras áreas de la Policía, donde no estaba vinculado al trabajo de campo, por lo que no pudo continuar con el proyecto.
“Me siento muy útil porque lo he aprendido por mis propios medios ahora lo puedo transmitir a otras personas. Es un trabajo muy costoso y espero que les sirva de mucho a las personas”, manifestó el agente.
Arriaza tiene 23 años de ser parte de la corporación policial.