Gobierno se declaró en impago por primera vez
La deuda pública total del país asiático superó los $90,000 millones, más del 170 % de su PIB.
El Gobierno libanés declaró ayer su primer impago de deuda en la historia del país al decidir que no desembolsará $1,200 millones en eurobonos, cuyo vencimiento de pago se cumple mañana, en medio de una de las peores crisis económicas en décadas.
El primer ministro libanés, Hasan Diab, declaró en un discurso a la nación que la reserva de divisas del país han alcanzado “un nivel crítico y peligroso, lo que lleva a la
República libanesa a suspender el pago de los títulos de eurobonos del 9 de marzo ya que estos fondos deberían utilizarse para garantizar las necesidades básicas del pueblo libanés”.
Diab indicó que “la deuda pública total superó los $90,000 millones”, es decir, más del 170 % de su producto interior bruto (PIB), lo que significa que está a la cabeza de los más endeudados del mundo, en un momento en el que el país mediterráneo vive una ola de protestas sin precedentes y una escasez de liquidez.
En su discurso de 20 minutos, el primer ministro afirmó que “más del 40 % de la población pronto se encontrará por debajo del umbral de pobreza”.
“La deuda se ha vuelto mayor que la capacidad que Líbano pueda soportar, y mayor que la capacidad del libanés para pagar sus beneficios”, aseguró el titular del Gobierno, que ocupa el cargo desde diciembre.
Diab hizo alusión a que la “corrupción y el gasto han agotado al Estado (...) La corrupción fue inicialmente tímida, después se volvió audaz y luego grosera, hasta que se volvió inmoral y una parte importante de los componentes del estado, el poder y la sociedad".
Precisamente, la corrupción de la clase dirigente durante décadas propulsó que el pasado 17 de octubre miles de personas salieran a las calles de todo el país en unas protestas que aun continúan.
Este sábado, cientos de personas también han salido en marchas por todo el país y se han concentrado frente a los bancos, principal objetivo de estas marchas.
Las entidades bancarias han impuesto su propio control de capitales a falta de una regulación del Banco Central libanés, provocando que los bancos no dejen retirar más de $300 cada 15 días, en una economía fuertemente dolarizada, y una devaluación de la libra libanesa, su moneda local.