Paísesdea.l.delaocde,más desigualesperomásfelices
Los habitantes de México, Chile y Colombia se declaran entre los más felices de la organización.
Los tres países latinoamericanos de la OCDE, México, Chile y Colombia, figuran en las últimas posiciones en muchos indicadores de bienestar, como ingresos, desigualdad social, conocimientos de sus estudiantes o tasa de homicidios, pero sus habitantes se declaran entre los más felices.
Esta aparente contradicción queda en evidencia en el informe bienal sobre el bienestar publicado el lunes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que compara los últimos datos disponibles de sus países miembros con los de 2010, cuando se hacían sentir los efectos de la recesión.
Las mayores desigualdades de renta en el “club de países ricos” se observan, con mucha diferencia, en los dos Estados latinoamericanos para los que existen cifras. En Chile, el 20 % de la población más privilegiada en 2017 ganaba 10.31 veces más que el 20 % menos favorecido y en México 10.26 veces más, frente a 5.4 de media en la organización y un mínimo de 3.6 en Eslovenia, República Checa y Eslovaquia.
Los ingresos también son netamente más bajos en los países latinoamericanos, con $16,500 por habitante en México ese mismo año frente a la media de $28,000 y a un máximo de $47,500 en EUA.
No solo salen mal parados en parámetros puramente económicos, sino que también en términos de seguridad. Mientras que de media en la OCDE se producen 2.4 homicidios anuales por cada 100,000 habitantes, en Chile son 3.90 y las cifras se disparan a los 21.3 en México y a los 24.3 en Colombia.
Pero todo eso no parece traducirse en una percepción más negativa de la vida, ya que Colombia es el país cuyos habitantes dan una nota más alta a su satisfacción con la vida (8.26) frente al 7.4 para el conjunto de la organización. En la misma línea, México con una nota de 8 sobre 10, también se encuentra en el grupo de cabeza, muy cerca de Canadá (8.1) y al mismo nivel que Australia. No hay estadística para Chile. La mayoría de los indicadores de bienestar han mejorado en la OCDE desde la crisis, pero las evoluciones no han sido muy favorables en todos los países, no ha habido progreso con las desigualdades y la precariedad es un problema persistente.