CRISIS PUEDE DEJAR 110 MIL PERSONAS SIN EMPLEO
LA UFG ADVIERTE UN “CICLO PERVERSO DE RECESIÓN” POR LA CAÍDA DE LA DEMANDA Y EL EMPLEO. LA DEUDA PÚBLICA PODRÍA LLEGAR A 93.6 % DEL PIB.
“Si estamos en casa, empezamos a consumir menos y muchas tiendas, si no venden, no les entra dinero a la caja, y no tienen dinero ni siquiera para salir adelante, entonces tienen que buscarlo recortando personal...” Claudio de Rosa, ECONOMISTA “Con la cuarentena, en la segunda quincena de marzo, vemos un impacto en el comercio y remesas. ( .... ) Los organismos internacionales proyectan una recuperación en 2021”. María Luisa Hayém, MINISTRA DE ECONOMÍA
La crisis del covid-19 podría dejar en El Salvador una pérdida de entre 95,000 y 110,000 empleos, más del doble que los 42,000 que se perdieron tras la crisis financiera de 2008. En aquel entonces recuperar los empleos tomó alrededor de cuatro años.
La Universidad Francisco Gavidia (UFG) presentó ayer un análisis del impacto socioeconómico del covid-19, que señala la pérdida de empleos en el sector formal, una estimación basada en la información proporcionada por gremiales de la empresa privad y por proyecciones de impacto en el comercio exterior.
A diferencia de 2008, cuando la crisis vino del exterior y solamente contagió la economía salvadoreña, la crisis actual viene de la parálisis de la actividad, tanto dentro como fuera del país.
El economista Claudio de Rosa, de los autores del análisis, señaló que la cuarentena frena el consumo de los hogares, lo que reduce los ingresos de las empresas, que se quedan sin recursos para mantener a sus trabajadores. Esto provoca despidos, lo que frena aún más el consumo.
“Si estamos en casa, empezamos a consumir menos y muchas tiendas, si no venden, no les entra dinero a la caja, y no tienen dinero ni siquiera para salir adelante, entonces tienen que buscarlo recortando personal y eso, lamentablemente, ayuda también a reducir la demanda”, explicó.
Agregó que los despidos masivos para países con seguros de desempleo se convierten en problemas financieros para el Gobierno, pero en países como El Salvador, donde no existe esa protección, el problema es más grave. “Esa es la gran diferencia y porque tenemos que cuidar tanto los empleos”.
El confinamiento limita la capacidad de los trabajadores de ganarse la vida y “puede conducir a un aumento del hambre, las privaciones y la mortalidad y la morbilidad relacionadas en los países pobres”, según la universidad.
Entre más desprotegido estén los trabajadores, más fuerte es el impacto en la economía. En ese sentido, los países como El Salvador, con un amplio sector informal, es decir con más negocios que no tributan al Estado y trabajadores que no cuentan con protección social, están más expuestos a sufrir los efectos de la crisis. Los trabajadores informales carecen de los recursos y las protecciones sociales para aislarse de los demás hasta que pase el riesgo sanitario.
De hecho, la UFG estima que la pobreza aumentaría entre 4.5 y 5.5 puntos porcentuales, y llegaría al 30 % de los hogares, “lo que equivale a rondar entre 100,000 y 110,000 hogares en esta situación, es decir que entre 350 a 390 mil personas pasarían a vivir en pobreza”.
Entre las particularidades de la crisis está “el ciclo perverso de la recesión”, caen los ingresos porque cae el comercio exterior y las remesas, por el
desempleo en Estados Unidos. Esto se traduce en menor demanda en la economía local, lo que resulta en despidos por parte de las empresas, que lleva a más pobreza y a más necesidad de gasto por parte del Estado, que está recibiendo menos ingresos porque colecta menos impuestos. El déficit fiscal y la deuda pública se disparan.
La emergencia ha llevado a muchos países del mundo a buscar financiamiento para tomar medidas, no solo es El Salvador. Sin embargo, las finanzas públicas del país ya estaban en una situación compleja. El año pasado, el déficit del sector público, es decir la diferencia entre los ingresos y gastos del Gobierno, fue de $1,077 millones, equivalente al 3.9 % del producto interno bruto (PIB), es decir al tamaño de la economía.
Ahora, con el incremento en los gastos, la reducción de los ingresos por impuestos y sí la economía cae el 5.4 %, como lo ha pronosticado el Fondo Monetario Internacional (FMI), el déficit fiscal llegaría a $3,827 millones, es decir a ser el 15 % del PIB, y la deuda pública pasaría a ser de $23,885 millones, es decir 93.6 % del PIB al cierre de este año.