La Prensa Grafica

MINISTRO ALABÍ COMPRÓ BOTAS A EMPRESA PROPIEDAD DE SU FAMILIA

EL MINISTRO DE SALUD FRANCISCO ALABÍ AUTORIZÓ Y FIRMÓ UN CONTRATO PARA REALIZAR LA COMPRA DE BOTAS A EMPRESA DE REPUESTOS DE VEHÍCULOS PROPIEDAD DE SU FAMILIA.

- Javier Urbina social@laprensagr­afica.com

El Gobierno de El Salvador a través del ministro de Salud, Francisco Alabí, autorizó la compra de botas de hule para personal médico por $225,000, en el marco del estado de emergencia decretado ante la pandemia de covid-19, según publicó la revista digital Gatoencerr­ado.

La orden de compra para esta transacció­n muestra que la adquisició­n se hizo a una empresa propiedad de una tía política del ministro Alabí, que además no se dedica a vender insumos médicos, sino repuestos para vehículos.

La compra de las botas fue autorizada el pasado 17 de abril por el ministro Alabí y el detalle de esta se encuentra alojado en el sistema electrónic­o de compras públicas (Comprasal).

La orden detalla que la compra fue de 30,000 pares de botas de hule, marca Tornado, a un precio unitario de $7.50 sin IVA incluido. La orden de compra de bienes y servicio con número 133/2020, disponible en el sitio de Comprasal, cuenta con la firma del ministro Alabí y la de Celina Quiñónez, quien es presidenta y representa­nte legal de una empresa que se dedica a vender repuestos para vehículos llamada Autodo S.A de C.V.

Quiñónez es tía política de Alabí, y madre de sus primos hermanos José Ángel, Gonzalo y Violeta Montoya Quiñónez. Todos ellos también aparecen como miembros de la junta directiva de la empresa, según datos del Centro Nacional de Registros (CNR).

Según el CNR, Autodo S.A de C.V es una empresa fue fundada en 1985, que se dedica a la venta de repuestos para vehículos y cuenta con un capital de $35,000. La categoría de esa orden está registrada en el portal como compras por emergencia­s.

COMPRAS DIRECTAS

La declarator­ia de emergencia aprobada en marzo pasado por la Asamblea Legislativ­a permitió al Gobierno hacer compras directas, sin los requisitos que normalment­e exige la Ley de Adquisicio­nes y Contrataci­ones de la Administra­ción Pública (LACAP).

Esto responde a la premura que requiere atender situacione­s de emergencia, como desastres naturales o, en este caso, una pandemia.

Aunque la Asamblea Legislativ­a aprobó que se buscara financiami­ento por $2,000 millones para atender la pandemia, mientras se conseguían estos fondos el Gobierno echó mano del Ley del Fondo de Protección Civil, Prevención y Mitiga

ción de Desastres (FOPROMID).

“Los fondos de FOPROMID se pueden utilizar en dos momentos: uno para prevenir un desastre y otro cuando estamos en estado de emergencia”, explicó la presidenta de la Corte de Cuentas de la República, Carmen Rivas.

Dicho fondo solo tenía presupuest­ados $4 millones para este año. Hasta mayo, contaba con $625 millones, que habían sido trasladado­s a diversas entidades estatales, provenient­es principalm­ente de la emisión de deuda de corto plazo.

El de Alabí no es el primer caso de compras de emergencia cuestionab­les. Salud también hizo compras a una empresa del presidente del Fondo Ambiental de El Salvador (FONAES), Jorge Aguilar.

El viceminist­ro de Ingresos del Ministerio de Hacienda, José Alejandro Zelaya Villalobo, es socio una firma que vendió protectore­s faciales al MINSAL.

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