EL PAÍS NECESITA SOLUCIONES VIABLES Y SOSTENIBLES, QUE SÓLO PUEDEN TOMAR CUERPO SI HAY INTEGRACIÓN DE VOLUNTADES NACIONALES
La contracción económica provocada por la crisis pandémica que nos ha azotado y en buena medida nos sigue azotando con tanta fuerza requerirá de grandes esfuerzos ordenadores acompañados por una determinación que no deje ningún cabo suelto ni ninguna tarea inconclusa. Según estimaciones del Banco Mundial, los países más afectados en el área latinoamericana van a ser Argentina, Perú, Ecuador, México, El Salvador y Panamá, lo cual pone a nuestro país en una posición comparativamente hablando muy desmejorada, no sólo porque nuestra disponibilidad de recursos es y siempre ha sido muy limitada sino porque el desafío de sostenibilidad ha tomado dimensiones que nos ponen al borde del caos. Al respecto, el Vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe ha expresado: “Nuestra región soporta el peor impacto económico y en salud debido al Covid-19 de todo el mundo, algo que exige mayor claridad respecto a cómo combatir la pandemia y recuperar el rumbo económico de cara a una rápida recuperación”.
Estábamos ya en una situación muy comprometida por las complicaciones políticas derivadas de la falta de un verdadero ejercicio de competitividad entre los distintos factores y actores en juego sobre el escenario nacional cuando de improviso se nos vino encima la crisis del coronavirus, lo cual ha puesto al país en una auténtica encrucijada sin salidas a la vista; y ahora nos hallamos al borde de un nuevo desafío, que consiste en el manejo de esta nueva realidad, para la cual nadie tiene fórmulas preconcebidas. Y, al respecto, lo único pertinente es asumir el reto de salir adelante, contra todas las adversidades que se manifiestan a diario en el camino. No hay alternativas: o salimos adelante con todas nuestras fuerzas y capacidades en movimiento o quedamos atascados sin poder avanzar como se debe según la lógica del presente.
Es obligatorio, entonces, ponernos todos en línea con la aceptación de lo que significa este preciso momento histórico, en el que hay que asumir sin vacilaciones ni evasivas una actualización permanente. El tema principal no son las estadísticas electorales, sino la consolidación de la confianza en el
Hoy más que nunca es incomprensible e insostenible que se quiera imponer cualquier tipo de absolutismo, porque eso va directamente en contra de la evolución en marcha, que no se puede mover a capricho de nadie.
sistema, que debe ser una respuesta cotidiana a la que todos debemos comprometernos. Porque lo más importante, en todo caso, es identificar lo que el país reclama, como ente integrado, para que se puedan ir sumando esfuerzos en la configuración de un país que responda a su propio proceso.
Fue necesario que los apremios críticos tomaran posesión del ambiente para que comenzara a hacerse sentir de veras el imperativo de habilitar mecanismos capaces de corregir despistes y habilitar soluciones.
Falta, desde luego, mucho por hacer para que esta nueva etapa del proceso nacional pueda visualizarse en forma definitiva, y esa es labor que sólo podrá visualizarse a cabalidad si las voluntades se conjugan de manera inequívoca.
Hoy más que nunca es incomprensible e insostenible que se quiera imponer cualquier tipo de absolutismo, porque eso va directamente en contra de la evolución en marcha, que no se puede mover a capricho de nadie.
Todos tenemos que disciplinarnos al máximo, sin permitir que ningún poder, del tipo que fuere, pretenda imponerse a su arbitrio. Lo que hay que potenciar es el ejercicio armonioso, por encima de toda diferencia.
Hay que cuidar todo movimiento que incida sobre el desempeño de la vida nacional hasta en sus mínimos detalles, porque sólo así se irán ganando espacios para que el país cumpla con su propio destino.