PREOCUPACIÓN POR LA CANTIDAD DE HOGARES EN INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Expertos temen que por la inadecuada alimentación de las niñas y niños, aumenten casos de desnutrición y haya afectación en el aprendizaje, motricidad, socio afectividad y el lenguaje.
La salud y desarrollo de las niñas y niños de muchas familias salvadoreñas de escasos recursos están en riesgo de padecer de desnutrición, debido al aumento de hogares que se encuentran en inseguridad alimentaria severa, a causa de los estragos de las tormentas Amanda y Cristóbal, sumado al limitado acceso a alimentos por covid-19.
Según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en El Salvador, a agosto 2020, existen cerca de 380,000 salvadoreños, del área rural y urbana, que no puede comprar suficiente comida. Los departamentos más afectados con inseguridad alimentaria severa son San Miguel, Usulután y Chalatenango.
Estos datos se suman al alerta del PMA que, a nivel mundial, se avecina una "aterradora" hambruna que llevaría a 270 millones de personas al borde de la inanición (extrema debilidad física provocada por la falta de alimento).
La niñez, como uno de los grupos poblacionales más vulnerables, están siendo golpeados por el hambre, sumado al encierro en sus viviendas por el distanciamiento físico.
Según Ludin Caballero Chávez, quien es nutricionista y directora de operaciones de Save The Children, la inseguridad alimentaria en que han quedado muchos hogares es preocupante y no está vinculada solamente a la falta de acceso y consumo de alimentos, lo cual ya es grave por su impacto en la desnutrición que provoca en la niñez y población en general, sino que también a raíz de esa desnutrición, el organismo infantil tiene menos competencias para gestionar las infecciones virales o bacterianas y, cuando esto sucede, los cuadros de enfermedades se complican. Una situación similar sucede en el organismo de la persona adulta.
“Un número cada vez mayor de personas se han visto obligadas a reducir la calidad y cantidad de los alimentos que consumen y esto es grave, porque en los casos de los niños hay una afectación directa en el desarrollo del aprendizaje, motricidad, socio afectividad y el lenguaje. Es triste que cuando los niños estén abiertos a descubrir el mundo, esa actividad cerebral está disminuida cuando hay deficiencia alimentaria”.
Aseguró que cuando las familias tienen preocupaciones por la falta de ingresos y de alimentos, pueden tomar medidas desesperadas que vulneran los derechos de la niñez, como sacarlos de la escuela e incorporarlos al trabajo infantil, exponiéndolos a riesgos mayores como la violencia, el abuso o el acoso sexual.
Ludín ve positivo que, según el estudio del PMA, el 46 % de los hogares recibieron los paquetes de alimentos que entregó el gobierno. No obstante, recomendó que esta ayuda debe estar acompañada de intervenciones (programas o proyectos) orientadas a aumentar la resiliencia de las familias y proveerles de herramientas para el trabajo que les ayude a la subsistencia, como facilitar el acceso a la tierra, tecnología para los cultivos y el cuidado de animales para el consumo, al agua, capacitaciones, créditos y abono.
La preocupación de la afectación de la inseguridad alimentaria en la niñez es tal que UNICEF lanzó, en agosto de este año, la campaña “Pan para tu matata”, con el fin de promover la alimentación y nutrición infantil equilibrada.
“Es triste que cuando los niños estén abiertos a descubrir el mundo, esa actividad cerebral está disminuida cuando hay deficiencia alimentaria”.
Ludin Caballero Chávez, DIR. OPERACIONES SAVE THE CHILDREN.