EL “YA” Y EL “TODAVÍA NO” DE LA LLEGADA DEL REINO
La escatología es la rama de la teología que se dedica al estudio de los eventos futuros. Generalmente, esta se ocupa de estudiar aquellos eventos que todavía no han tenido cumplimiento histórico, tales como la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el juicio final, los nuevos cielos y la nueva tierra, entre otros. Sin embargo, además de estos eventos, hay otros que ya tuvieron pleno o parcial cumplimiento, a los cuales la escatología en general no presta mucha atención.
Considero que una escatología completa del Reino de Dios, además de ocuparse de los sucesos de cumplimiento futuro, debería ocuparse de aquellos eventos que ya tuvieron parcial o pleno cumplimiento, los cuales tienen que ver con lo que A. Hokema llama “la escatología inaugurada”.
Uno de estos eventos es la llegada del Reino de Dios a la tierra, ante lo cual Hokema identifica tres posiciones escatológicas. Una posición sostiene que el Reino ya está completamente presente, otra afirma que el Reino es un evento futuro, y una posición intermedia señala que el Reino es una realidad a la vez presente y futura, haciendo una distinción entre el “ya” o estado presente del Reino inaugurado y el “todavía no” debido a la espera de su establecimiento pleno con la segunda venida de Cristo.
Los textos bíblicos enseñan que el Reino es a la vez una realidad presente y una esperanza futura. De ahí que Pablo en ciertas ocasiones habla del Espíritu triunfante y en otras del creyente débil que gime en su interior y anhela cosas mejores: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (Ro. 8:22-23).
Pablo, asimismo, afirma que el Reino tiene que ver tanto con el cielo como con la tierra: “Por cuanto agradó al Padre que en él (Cristo) habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col.1.19-20).
Aunque el “ya” y el “todavía no” de la llegada del Reino produce tensión en nuestras vidas, podemos afirmar que su presencia en la tierra es innegable. Jesucristo lo inauguró y sigue vigente hoy, esto implica que la humanidad fue, es y seguirá siendo impactada por el Reino de Dios.
El abordaje de estos eventos de pleno o parcial cumplimiento nos conduce a identificarnos con una posición escatológica, lo cual es de vital importancia para vivir sanamente nuestro presente, pues dependiendo de la forma en que comprendamos el establecimiento del Reino de Dios u otros eventos escatológicos, viviremos nuestras vidas y abordaremos los desafíos de este mundo.
La certeza de que nuestro Dios tiene control de todas las cosas y que va a culminar completamente su plan trazado nos fortalece. Asimismo, saber que su Reino está disponible hoy para los que crean en él, lo busquen y sobre todo se atrevan a establecerlo, nos llena de esperanza. Y esto nos permitirá enfrentar el cumplimiento de los eventos escatológicos actuales y futuros.
La certeza de que nuestro Dios tiene control de todas las cosas y que va a culminar completamente su plan trazado nos fortalece.
“Hagan de la vida una obra extraordinaria a través de los gestos de todos los días. En el lugar donde vivimos, en familia, en todas partes”. Papa Francisco, EN SU MENSAJE DE AYER