LOS DÉFICITS PRESUPUESTARIOS
Todos los presupuestos económicos, como su nombre lo indica, se presume que las cantidades a percibir y los gastos e inversiones a realizar en un período venidero determinado, sean personales, administrativos o empresariales, no son exactos, lo importante es indicar una estimación de la forma en que se cubrirán los diferentes rubros en que incurrirá quien ejecute las actividades a que se refiere dicha proyección financiera, sean materiales o inmateriales, aun cuando en la realidad en el transcurso de dicho espacio de tiempo programado tengan que variar algunas cifras por causales justificadas o no; en todo caso crea la necesidad de idear medidas para utilizar eficientemente los recursos de la empresa.
La base para su elaboración se determina por las funciones y contrataciones que se realizarán en los mencionados lapsos de tiempo, allí está la clave, que consiste en determinar las acciones y proyectos a realizar en los períodos debidamente estudiados o analizados en detalle, de igual manera se describirán los beneficios que se obtendrán, ya sea económicos o ahorros en tiempos y movimientos, siempre relacionados con los ingresos esperados, procedentes de las gestiones tradicionales como de las nuevas inversiones previstas en dichos documentos.
Indudablemente los responsables de elaborar un presupuesto o bien los propios emprendedores deben ser profesionales con la experiencia necesaria en el análisis numérico y proyección de funciones que deban corresponderle, sabiendo fijar los objetivos deseados por las diferentes empresas en su respectivo mercado, con pretensiones de aumentar y mejorar su producción en favor simultáneo con su clientela, en cuanto a calidades y precios.
En términos técnicos y profesionales, los presupuestos no deben presentar déficits, denominados “Presupuestos deficitarios”, donde los faltantes de efectivo para lograr sus objetivos podrán ser cubiertos con financiamientos, los cuales a su vez estarán calculados para ser cancelados con los resultados de los ingresos a percibir del negocio u otras actividades, ya sea total o parcialmente, según los plazos a que se obtengan o pacten tales préstamos, con ello se demuestra la responsabilidad, la capacidad de pago y seriedad de la empresa y de quienes elaboran tales documentos básicos destinados a ordenar las funciones que en adelante realizarán con los objetivos previstos. En otras palabras los presupuestos pueden determinar problemas venideros y crear contingencias, permitiendo evaluar las políticas empresariales a seguir.
Al trasladar tales principios al sector gobierno, los objetivos cambian, no se pretende ganar dinero, sino beneficios físicos que necesita la población, como infraestructura, crear facilidades para la producción de bienes o servicios internos o con otros países, que favorezcan el ingreso de divisas y prosperidad en el desarrollo económico y social en general para la nación; en cuyo caso se requiere una estructura administrativa con personal capacitado, que es una de las fallas de los dirigentes capacitados en su respectiva especialidad, pero en la práctica al nombrar por regla general a parientes o amigos y no con el conocimiento requerido para cada posición de dirigencia.
Es aquí donde debe saberse estructurar el esquema de la supervisión estatal y de la dirección donde debe caminar o rumbo a dar a la ciudadanía e inversionistas que se necesiten para la explotación de nuestros recursos naturales y humanos.
La clave consiste en determinar las acciones y proyectos a realizar en los períodos estudiados o analizados en detalle.